En ese mismo año la isla contaba con 1000 habitantes de los cuales un centenar vivía ya en el
Puerto de
Arrecife. En 1503 y con la corriente migratoria existente por la llegada a América, se comenzaron a construir las primeras edificaciones destinadas al comestible y efectos navales. También se comenzaron a construir
casas para los obreros que eran pequeñas, con techos a dos
aguas, pero sin
tejados, solamente recubiertos por la tradicional mezcla de lodo y paja.