El
mar seguía marcando la vida local. El
puerto, el
Puente de las Bolas y el Muelle de la Cebolla eran puntos de intercambio de
pescado, cebollas y
ganado. En el siglo XX, la falta de cámaras frigoríficas impulsó la salazón como alternativa industrial. La sal adquirió un papel central, con la construcción de salinas en el entorno de
Arrecife desde la década de 1920.