Con la llegada de Diego García Herrera e Inés Peraza de las
Casas, «se acentúa la importancia estratégica del
Arrecife, el valor que tiene el Charco de
San Ginés como
puerto de
refugio: Puede recibir y guardar hasta dieciséis
embarcaciones sin temor a tempestades ni asaltos por sorpresa».