Según Agustín de la Hoz (El Charco de
San Ginés), el primer asentamiento humano en
Arrecife surge tras la conquista franco-normanda, en la segunda mitad del siglo XV. Bajo dominio portugués, «construyeron amullaramientos en las abras del Charco de San Ginés y levantaron La Puntilla, donde estuvo la
Plaza del Silencio, un caserón medio a medio entre plaza fuerte y mansión gubernativa».