ROQUE BENTAYGA: No estoy volando, estoy quieta desde el roque Bentayga,...

No estoy volando, estoy quieta desde el roque Bentayga, los roques oscuros que se ven en la parte inferior izquierda son los que llaman el fraile (el más grande) y la rana (el más pequeño que está enfrente), y la caldera de Tejeda se llama así porque hace 14 millones de años una erupción volcánica formó en Gran Canaria la única y gigantesca caldera producida en el Archipiélago canario por colapso: una violenta explosión de magma salió velozmente a la superficie y con ella surgieron las ignimbritas o "rocas de nube de fuego" como material asociado.

La evolución geológica de Gran Canaria ha producido unas formaciones únicas en Canarias por su magnitud y circunstancias, como la citada caldera de colapso, y de este último caso existen pocos ejemplos tan “claros” a nivel planetario. Es el único en el archipiélago en el que se ha demostrado “al cien por cien” que se trata de una caldera de colapso, pues en lo que se refiere a la de Las Cañadas del Teide hay varias teorías, como la del deslizamiento gravitacional, que parece la más probable por las evidencias científicas.

Cuando se produce una erupción no sale al exterior todo el magma, pues parte de él se queda a unos dos o tres kilómetros de profundidad, en lo que se denominan las cámaras magmáticas residuales.

Al ir enfriándose lentamente cristalizan algunos de sus minerales, que se depositan en el fondo de la cámara magmática, como sucede con los ricos en hierro.

Cuando a este residuo magmático llega una nueva inyección de magma basáltico procedente del manto terrestre “como si se apretase una jeringuilla con más líquido”, aumenta la presión y desequilibra al sistema.

Este fenómeno es el que, en el caso de la caldera grancanaria, hizo explotar el residuo magmático que estaba evolucionando y desgasificándose y en esa ruptura se provocó una gigantesca explosión, una nube ardiente que salió por la periferia, hacia varios puntos, y produjo un escape de material magmático bastante rápido, en quizás menos de dos horas.

Al quedar vacía esa cámara la cubierta de la isla “colapsó”, se hundió, y además generó un tipo de roca muy particular, con matriz rosada llena de cristales blancos que es la ignimbrita, una “de las más raras y extrañas que se pueden encontrar”.

La ignimbrita se encuentra fuera del perímetro de la caldera y el magma fue tan pulverizado, como un spray muy fino, que en la roca resultante se percibe en estructuras casi microscópicas.

En la caldera se observan además las huellas de más de dos millones de años de evolución geológica posterior, sobre todo en las cabeceras de los barrancos de Agaete y de Mogán que, en la parte inferior, tienen lavas horizontales de basalto y por encima, en el nivel superior, materiales más gruesos e inclinados “como tratando de salir de la caldera”.