En medio de casonas, en otros tiempos en manos de señores y eclesiásticos, y modestas viviendas, propiedad de campesinos y artesanos, se levanta la
iglesia de
Santa María de
Betancuria. Sus orígenes se remontan a 1410 cuando el expedicionario normando Jean de Bethencourt mandó a construir un templo que seguía los parámetros del estilo
gótico francés.
La fertilidad de sus tierras y la situación estratégica de Betancuria (
Fuerteventura), rodeada de
montañas que servían como defensa ante posibles ataques de los enemigos de la Corona, la convirtieron desde el siglo XV en centro neurálgico del poder señorial, sede de todas las instituciones y
órganos del gobierno insular y lugar donde se edificó el primer
edificio conventual de
Canarias, bajo la orden franciscana. Hoy los muros y
calles empedradas de la Villa atesoran un rico patrimonio arquitectónico y religioso, que cada año visitan y fotografían miles de turistas.
En medio de casonas, en otros tiempos en manos de señores y de miembros eclesiásticos, y modestas viviendas, propiedad de campesinos y artesanos, se levanta la iglesia de Santa María de Betancuria. Sus orígenes se remontan a 1410 cuando el expedicionario normando Jean de Bethencourt mandó a construir un templo que seguía los parámetros del estilo gótico francés.
El edificio sustituiría al pequeño oratorio, levantado en los momentos de la Conquista y destinado a acoger a la imagen de la
virgen, traída por los conquistadores. En él también se cristianizaron los aborígenes que sobrevivieron a la llegada europea.
Interior
Piratas. El templo ardió, al igual que otros
edificios de la Villa, tras el paso de los piratas berberiscos, capitaneados por Xabán Arráez en 1593. Los vecinos no tardaron en comenzar la restauración del recinto. Unos trabajos, dirigidos por el maestro Pedro de Párraga, que se extenderían hasta finales del seiscientos. Más de un siglo de obras que dejaron para historiadores y visitantes una amalgama de elementos arquitectónicos de estilo gótico, renacentista, barroco y mudéjar.
La iglesia de Betancuria, que fue sede del Cabildo
Catedral, sobresale en el contexto de otras edificaciones religiosas de la isla por su amplitud y riqueza en los materiales de construcción. Posee tres naves separadas por
arcos de cantería de medio punto, una techumbre mudéjar y una
torre cuadrada, adosada al muro de la epístola con arcos de cantería de medio punto y conopial. La
fachada, de reminiscencias renacentistas y con
frontón partido, está labrada en cantería blanca. Sobresalen las
columnas decoradas con jarrones y motivos vegetales.
Retablo del XVII. Tras cruzar la
puerta de entrada, el visitante se encuentra con un interesante retablo barroco del siglo XVII, obra del maestro Francisco Hernández. El conjunto, dorado y policromado con motivos vegetales, cuenta con tres
hornacinas para acoger la imagen titular, Nuestra Señora de la Concepción del siglo XVIII, flanqueada por las imágenes de
San Antonio de Padua y San Pedro.
El templo de Santa María de Betancuria cuenta con siete
retablos más, de los que sobresale el de la Inmaculada, de estilo barroco, realizado en cantería, policromado y dorado y cuya
hornacina acoge a la Inmaculada Concepción, una de las tallas más interesantes de Fuerteventura. El resto del inventario escultórico lo conforman las imágenes de devoción franciscana, como las de San Francisco y San Diego, o las de Santa Catalina y el
Cristo atado a la
columna.
Un cuadro de ánimas, un
pùlpito en el que se representa a los Apóstoles y elementos de la eucaristía, similar al de otras
ermitas de la isla, y un
coro de madera tallada y policromada son otros de los elementos que el visitante encuentra en Santa María de Betancuria.
Sacristía. La visita a la iglesia finaliza en la sacristía, una habitación adosada a la
capilla central en la que llama la atención el artesonado mudéjar, dividido en casetones (decorados con
rosetones y vegetación, dorados y policromados), uno de los más importantes del Archipiélago. De las paredes de la sacristía cuelgan lienzos ejecutados en el setecientos y en los que se representan escenas de la vida de la Virgen y Jesús. También se localiza el cuadro la Nave de la Iglesia, confeccionado por el pintor tinerfeño Nicolás Medina en 1730.
La iglesia de Santa María forma parte, desde 1979, del Conjunto Histórico de Betancuria