Mejores mensajes de poblaciones cercanas a LLUCALCARI:
La Cartuja de Valdemossa se conoce principalmente por haber sido el nido de amor del músico Chopín y la escritora francesa George Sand (seudónimo de Aurore Dupin), siete años mayor que él, sensual, liberada y de armas tomar (además del seudónimo masculino fue la primera mujer, entre las conocidas habría que decir, en usar pantalones).
Yo soy Rosa Maria Rebasa Sebastián es mi marido
Estoy intentando comunicarme con un antiguo amigo y compañero de estudios.
Se llama Antonio Breau Pineda y creo que vive en la Calle Cami Delme, Nº 49.
Hola Juan LOPEZ PEREZ, pues no sabes la ilusión que me hace volverte a ver, si que hace años, de la cuadrilla estamos en contacto casi todos, Juan Ramón, El Polaco, Berna, Eliseo y claro faltas tu. Con el que mas contacto tengo es con El Polaco. Bueno a ver si haces por vernos la calle es la que tienes y si me dejas otro msg te descalifico. escríbeme unas letras telf. correo, donde estas etc no se, tenemos que vernos.
En la iglesia de S. Pedro de Esporles (Mallorca) hay un retablo o tabla de S. Vicente Ferrer. Desearía que me enviáseis una foto de ella, pues es una obra del XVIII.
sleepy_ecb@yahoo. es
Reconocimiento a una ilustre vecina que alcanzó la santidad.
Paso obligado para ir de Palma a Puerto de Sóller en el tren turístico.
Los colores de nuestras banderas alegran y engalanan nuestras fachadas de dura piedra.
Hija y santa a la que el pueblo reconoce y rinde homenaje por todos los rincones. cones
Gracias a ti amigo. Un saludo.
Un acierto conservar este histórico ferrocarril que circula por parajes maravillosos convirtiéndose en un atrayente reclamo turístico.
Lugar mágico y exclusivo desde el que se divisa un espectáculo paisajístico único y maravilloso.
Decenas de azulejos por todas las calles del núcleo antiguo de pueblo muestran escenas recordando momentos de Santa Catalina Thomás en su pueblo natal.
Pequeña estación queda da servicio a numerosos turistas ansiosos por realizar un viaje en un tren de cien años de antigüedad por un paisaje único.
Fantasía, colorido, calidad y originalidad que lo hacen único.
Deià era solo una pequeña aldea de pescadores y campesinos del norte de la isla de Mallorca en la ladera de un cerro asomado al mar: medio centenar de casitas, calles empedradas, una iglesia, un par de ermitas, una taberna y una fuente.