El silencio, solamente roto por el batir de las olas en playa, predomina en invierno en las calas solitarias por toda la isla ibicenca.
Arenales y agua en la que pasar los calores veraniegos; también, para disfrutar en los días soleados de la primavera y el otoño.
Modesta iglesia ubicada en medio del campo; aislada y lejos del pueblo que no fue posible visitar por estar cerrada.
¿Alguna referencia histórica destacable?