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VIEGO: Tranquilo, Animate, no me mandaron a ninguna parte...

Limpio mi casita, tranlaralarita....
Ni tranlaralalita ni músicas ratoneras (nunca mejor dicho). Estoy harta de andar todo el día con el trapo en la mano y encima estos pesados... Ratoncita, que guapita estás, ¿te quieres casar conmigo?. Lo que me faltaba, tropezar dos veces con la misma piedra. Me casé con un tío que decía que por la noche dormir y callar, dormir y callar y no es que no cumpliera su palabra ¡claro que la cumplía! pero es que una, a veces, necesita darle un poco de alegría al cuerpo y aquel muermo a dormir y callar, ¡A saber donde había estado!
Dios mío, se me va la cabeza, llevo no sé cuantos renglones y todavía no me he presentado. Soy la ratoncita presumida y dando un paseo me encontré con este lugar solitario y me pareció un sitio ideal para quedarme, espero que sea por mucho tiempo. Aqui no hay moscones que me pidan matrimonio, por lo que veo solo hay santos y esos no molestan ya que la condicion necesaria para legar a los altares es haber pasado a mejor vida.
Bien, pues me instalo y ya iré contando cosas de este cuento que es la vida y que no siempre termina en boda y que los que son felices y comen perdices son los menos.

P. D. Espero no confundir a nadie. Mi amiga Caperucita, que sigue feliz con su lobo, me dejó este sitio y no me apetece cambiar el nombre. Ella era muy querida por aquí y quiero respetar su memoria.

Sí, ella es muy felíz con su lobo y a la novia del vaqueru a quien de seguro tambien conoces, la enviaron al freezer....

Tranquilo, Animate, no me mandaron a ninguna parte y si me mandaron... no pienso ir, nunca fuí muy obediente y con los años menos. Y sí, la ratoncita y yo nos conocemos, aunque no mucho. Mi amiga del alma y de siempre es Caperucita.