TURON: El ruso Vasili Kolesnikov estaba entusiasmado con su...

Cuando Eneka termino de hablar hubo un silencio largo, un silencio espeso que arroyaba por las paredes, que se metia en los vasos del Oporto, un silencio que era un pensamiento muy antiguo que ocupaba las mentes de todos nosotros, y senti entonces un dolor agradable, como si alguien me hubiera clavado una aguja en un dedo que no queria que fuera mio, y mire a mi hermana Lucia y tenia los ojos encharcados y la cara mojada de lagrimas, y Elvira y Julia se abrazaban llorando y suspirando por la emocion que las palabras de Eneka habian provocado, y Aida y Alipio se apretaban, y el ruso Basilio dijo, cagoenlamar Eneka, que grande eres, y lo abrazo fuerte, como si estuviera despidiendose de el para siempre, porque tambien Vasili Kolesnikov habia tenido su musa, la francesa Blandine, y tambien con ella se habia sentido el hombre mas feliz de la tierra, en el particular Olimpo de la caseta del ferrocarril, y desde hacia tiempo andaba al encuentro de otra musa que supliera la falta de aquella, adolescente tambien y de nombre Angelica, hija del practicante señor Patricio. El ruso nos canto cantares de su tierra, y fue aquella noche una circunstancia singular en mi vida, fue aquel un momento que con el paso del tiempo tuvo el poder de multiplicarse en infinitos momentos. El ruso le dijo a Eneka, tienes mucha razon con eso que dices de las mujeres, y busco la botella de vodka, que en ruso queria decir agua, pero que no era agua sino una bebida que se obtenia del centeno y de las patatas y del maiz y que Basilio conseguia en los barcos que llegaban a puerto, y bebio un trago largo de aquella babida fuerte y tambien bebio Eneka y yo bebi despues y primero senti resquemor, pero luego senti placer, y pense que habia una variedad infinita de maneras de pensar, que incluso habia pensamientos que se sostenian solos, que vivian independientes y no tenian relacion con nadie que los pensara, pensamientos que anidaban en una cabeza como si esta fuera un alero cualquiera, y vino uno de esos pensamientos hasta mi y dije, hablais como si hubiera unos mundos por llegar y tuvieramos que esperar o buscar esos mundos, y todos se quedaron mirandome sorprendidos y sin decir nada, y volvi a beber otro trago de aquella bebida que ardia y les dije, puede que no haya nada mas que esto, y el ruso dijo, tu de que hablas, a mi me queda por llegar un mundo con Angelica, y Alipio dijo, tu de que estas hablando, el orden existente esta en los limites y es la utopia quien rompe los lazos que atan esos limites dandonos la libertad de buscar el desarrollo de un nuevo orden sin hombres oprimidos, y la señorita Julia, que bebia el Oporto como si estuviera sorbiendo ostras, dijo, que estas diciendo, Nalo, claro que vendra otro mundo en el que un hombre hecho y derecho y bien atribuido me hara su mujer, un mundo en el que se multipliquen por mil las razones que ahora tengo para vivir, que tengo alguna, no vayais a pensar, pero ni comparacion con las que tendre cuando ocurra lo que tiene que ocurrir, y Aida intervino para decir, tiene que venir, Nalo, tiene que venir porque hay demasiada gente esperandolo, y Felix y Elvira asintieron y partieron un huevo cocido para los dos, y Eneka dijo, puede que Nalo tenga razon y tanta borrachera de esperanza no nos deje ver lo bueno del mundo que ya tenemos, y Lucia grito, que tenemos, mierda es lo que tenemos, vivimos inventando excusas para no ver lo que tenemos, siempre pintando la mierda de colores. Las voces de todos se desdibujaron hasta fundirse con un silencio que a mi me estaba creciendo por dentro, y aquel pensamiento, que no era mio, que habia llegado a los aleros de mi cabeza como una golondrina, me mostro que el silencio era el espacio donde todo cabia, el lugar donde el alma de cada uno se mezclaba con el alma de todos, hasta de aquellos que habian pertenecido a generaciones desaparecidas. Mi hermana se agarro a la excusa de la poesia y bebio vino y bebio vodka, agua del Volga, decia ella, y cantaba, labios que chupais de la muerte, ojos que abominais los parpados trasparentes, vientres locos en el espiral de la prisa, y obligo a todos a exponer sus excusas, Alipio la revolucion pendiente, Julia ese hombre rudo y pasional que la habria de sacar del tedio, Aida el amor en una casa grande, Felix sus ahorros para terminar su vida en paz en el lugar donde habia nacido, Elvira el aroma de sus guisos, Basilio la hija del practicante, Eneka la sabiduria de las enciclopedias y yo el mundo de la jardineria, y despues hubo nuevas vueltas y fueron surgiendo nuevas excusas o explicaciones diferentes a las excusas primeras. Lucia quiso bailar con Basilio, y el ruso ponia mucha pasion y tambien ponia mucho sentimiento en todo lo que hacia, entono canciones populares eslavas, que el llamaba jorovodis, canto algo parecido a un romance, el lo llamaba bilini, bailo todos los bailes de su tierra, se arrastraba, saltaba, doblaba las rodillas hasta casi sentarse en el suelo, pero sin sentarse, y ponia los brazos uno sobre el otro, extendidos como si estuvieran apoyados en la barandilla de un balcon, pero no habia barandilla, ni habia balcon, y en esta posicion sus pies se iban levantando de forma alterna del suelo y lo hacian como si tuvieran resortes, y parecia completamente excitado porque su cara estaba roja, como si a un metro de ella estuvieran los hornos de la fabrica, y sus ojos diminutos giraban como engranajes mecanicos, y todos reian, y por fin Basilio se dejo caer, se apoyo contra la pared y dijo, me falta la jaleika, pero voy a cantaros un piesni sobre deliquios de amor, y fue tan tierna la musica de aquella cancion cuya letra no entendimos que parecia una cancion de cuna, y aquella musica tambien se quedo en el espacio infinito de mi silencio. Cuando el ruso termino su cancion, los ojos de mi hermana estaban tan enrojecidos que no tenian iris y parpadeaban remisos en medio de un charco, y ella le pidio a Eneka que la acompañara hasta su casa. y el jardinero asi lo hizo.

Aquella noche, mi hermana Lucia y mi amigo Eneka la pasaron juntos y decidieron unir sus vidas. El compro una maleta galvanizada, metio en ella su ropa y se fue a vivir a casa de mi hermana. Unicamente me dijo, con una voz clara y lenta, estoy seguro de que saldra bien, para algo habra de servir la Republica. Yo no dije nada porque no entendi bien aquella referencia pilitica de Eneka. Esa tarde, el fue a la casa nueva con Basilio y Alipio a rematar unos aleros, y yo fui a visitar a mi hermana. Estaba en la cocina, sentada en la mecedora y sin hacer nada, solo balanceandose. Le dije, entonces tu tambien piensas que saldra bien. Ella no me miraba. Me dijo, no, no lo se, pero voy a bajarme de la nube en la que vivo desde la muerte de Julian, bueno, desde antes de la muerte de Julian, voy a bajarme aqui, a la tierra, y voy a entregarme a ese hombre, toda, entera, voy a poner a funcionar otra vez el reloj, ese reloj que estaba parado en una mentira. A mi me gustaba mucho aquella manera de hablar que tenia Lucia, adornando los pensamientos con metaforas y musicas que hacian que su voz reluciera como la bombilla de una fiesta. Me arrodille junto a ella y la abrace, y sin dejar de balancearse me dijo, cuando tu naciste habia varias matas de hortensias azules y rojas contra la pared del patio, eran inmensas, yo las estaba mirando cuando padre vino a decirme que habias nacido. Me recline en sus pechos, y me besaba y seguia hablandome de los olores que habia en el patio aquel dia en que yo habia llegado al mundo, y no sabia por que me contaba aquello mi hermana Lucia, pero me provocaba mucha paz y mucho placer y alimentaba aquel silencio que me crecia dentro, por eso le pedi que continuara hablandome, y me dijo, aquel invierno fue tan duro que hubo que arrancar todas las plantas del patio, tambien las hortensias, pero el olor siguio alli, perdurando por encima de otros olores que fueron llegando despues, con los olores ocurre lo mismo que con las personas, que perduran aun despues de haber muerto y a veces se te aparecen para traerte recuerdos que habias perdido. Eso me dijo Lucia, y guardamos silencio, solo se oia el golpeteo de los balancines en el suelo, y entonces vino hasta mi el olor a alquitran de las camisetas sucias de nuestro padre y tambien el olor a cafe negro que siempre habia en la cocina cuando el vivia, porque el bebia grandes tazones de cafe negro a todas horas, y se lo dije a Lucia, y a ella tambien le habian llegado aquellos olores, y me dijo, padre anda por aqui repartiendonos sus olores, y senti un extraño estremecimiento. Ella me dijo, ves como hay siempre mundos que estan llegando, y no supe si aquello me lo decia por la aparicion repentina de los olores perdidos o por la nueva vida que ella estaba iniciando. Le dije, me voy a casa, y me beso, estaba muy hermosa, me abrace a ella y en aquel abrazo habia una explicacion secreta, y pense que por las mujeres corria la vida como un gran rio, que a traves de ellas tenia continuacion el mundo, que la naturaleza y sus misterios estaban en ellas, que fluia por ellas la historia de los pueblos. Me dijo, fijate en el abuelo, aquel mundo que ya creia perdido le volvio a llegar de pronto.
Cuando llegue a casa, el abuelo Cosme estaba frente al fogon esperando que hirviera el cafe. Habia sustituido el anis por el cafe y los periodos de silencio por una actividad frenetica, impropia de un hombre con las rodillas desgastadas y serias dificultades respiratorias. Me fije en los huesos de sus monos, forradas de un pellejo oscuro, y tambien repare en su espalde arqueada y en su barba canosa y revuelta, y le dije, dormira usted mal con tanto cafe, y el retiro el puchero y puso la manga de colar en el tazon y vertio un chorro negro y humeante, y me respondio, ya estuve dormido demasiado tiempo. Pense que al fin el espiritu de mi abuelo habia encontrado el sosiego, graciasv a la actividad desmedida a la que se habia entregado en los ultimos meses, y el unico y opresivo momento que durante años habia ocupado su memoria se habia transformado de prontro en numerosos y variados momentos, y de su mundo en silencio brotaron infinitos mundos. Me dijo, mañana conviene que subas a la obra, quiero que vayas pensando en la idea del rodal botanico.
Se levantaba al amanecer, subia al caballo y lo conducia hasta los prados de Zalampernio. Alli andaba desde hacia meses en la ejecucion de un desatinado proyecto que consistia en la utilizacion del agua del arroyo Xamial para la produccion de energia. Comenzo empleando a unos mozos portugueses que decian conocer las construcciones de piedra, y con ellos se iniciaron las presas, los tragantes, las palizadas, las torgas y los azudes, mientras el elaboraba calculos sobre planos trazados en el terreno, planificaba el nuevo cauce de la corriente con lechos acemados e inventaba tropiezos y saltos que provocaban cataratas. Compro en las fabricas materiales de deshecho y con la ayuda entusiasta de algunos voluntarios y, sobremanera, del ruso Basilio, para quien el abuelo se habia convertido en el Leonardo da Vinci de las cuencas mineras fue realizando con absoluta perseverancia cada una de las ideas que se agolpaban haciendo cola en su cabeza. Aquel personaje sombrio y esoterico que para todo el valle habia sido el abuelo, se fue convirtiendo en un ser animoso y arrogante, baladron incluso, protagonista diario de los encuentros nocturnos de la cantina de Colino, donde explicaba sus ideas a todos los presentes con el mismo entusiasmo y la misma capacidad con la que un dia habia encandilado al ingeniero Hendrik, y asi lo mismo les hablaba de la presion del aire comprimido o de las leyes de la plasticidad como del modo de obrar del organo principal en las quebrantadoras conicas, y todos lo escuchaban sorprendidos y con la mirada atonita, sin reconocer a aque hombre que se habia condenado a si mismo a tantos años de silencio y que ahora prometia explotar para ellos las fuerzas naturales, aprovechar para ellos el poder de la Naturaleza, porque del poder de los politicos mas valia no hablar, y con los vasos de aguardiente en las manos observaron como se estiraba su piel cuarteada, como blanqueaban sus dientes carcomidos, como sus cabellos recuperaban su color natural y como desaparecian por arte de magia los arañazos de su espiritu. Cada dia eran mas los curiosos que se acercanan a Zalampernio a contemplar la marcha de las obras y cada vez eran mas los voluntarios que se desprendian de sus chaquetas para acercarse a echar una mano en el movimiento de tierras o en las tareas de excavar canales, arrancar escollos o partir las piedras, y aquellos que andaban desocupados se acercaban al aserradero para ayudar a preparar las armaduras, los virones de castaño, las blindas para el embalse y las grandes vigas de haya o de roble. Hubo dias en los que el abuelo conto con cuadrillas de mas de treinta voluntarios, entre los que trambien habia niños, y el los dirigia a todos con una voz potente que parecia nueva y con una energia de comandante en medio de una batalla, y maldecia y exigia atencion para evitar los errores y les decia que aquella era una obra de todos y por primera vez en su vida se encontro ejerciendo el oficio de un verdadero capataz. Las obras de Zalampernio cobraron tanta notoriedad que hubo donativos importantes, algunos anonimos y llegados de lejos, y se acercaron emisarios del Ayuntamiento para interesarse por las obras, pero fue rechazada por el abuelo cualquier tipo de intervencion o de ayuda oficial, y llego la noticia a los ingenieros belgas y el señor Hedrik le explico al abuelo que ellos se harian cargo de todos los gastos de las obras si estas pasaban a formar parte de su compañia, eso si, siempre aceptando las condiciones que impusiera el abuelo, pero el le contesto al ingeniero delante de todos que la Naturaleza no tiene dueño y que tampoco deberian tener dueño las voluntades humanas. La señora Geertghe recibio con tal entusiasmo la noticia de que aquel que habia merecido su amor habia resucitado, que tambien ella misma dio muestras evidentes de resurreccion, y se mostro mas joven, desprendida de sus gestos de locura, se dedico a restaurar algunas zonas del palacio que habian sido abandonadas. ordeno pintar con colores calidos algunos de los cuartos, se intereso por los arrietes nuevos y consiguio de los ingenieros la autorizacion para construir un nuevo cenador poligonal de madera labrada. Un dia se acerco a mi y me dijo, toma, Nalo, llevale esto a tu abuelo, y me entrego un sobre cerrado, y le dije, se lo dare esta noche, y ella dijo, no, llevalo ahora, y en sus palabras habi suplica y en sus ojos habia deseo, por eso solte la pala y deje lo que estaba haciendo y corri sin detenerme hacia los prados de Zalampernio. El abuelo estaba sentado sobre un gran bloque de granito del cual deberian salir las muelas corredoras y tambien las muelas soleras. Abrio el sobre, tomo el fdajo de billetes y leyo la nota que habia entre ellos, luego sonrio y me dijo, parece como si el tiempo anduviera dando vueltas, y yo le dije, ella se muestra muy entisiasmada, y el me paso una mano sobre el hombro y me dijo, algun dia te contare la verdad sobre esa mujer, y yo quede extrañado porque pense que el ya me habia contado toda la verdad sobre la señora Geertghe. Con aquel dinero el abuelo contrato a unos canteros gallegos, compro un par de mulas y tambien adquirio ebonita, que era el caucho endurecido, y otros materiales extrabagantes que nasdie conocia, para la construccion de electroforos, multiplicadores, condensadores, electrometros, y maquinas electrostaticas, y el ruso pudo comenzar la confeccion de yunques y martinetes, y tambien de tornos, mandriles y rodeznos.

El ruso Vasili Kolesnikov estaba entusiasmado con su nueva ocupacion. Era feliz escuchando el ruido de las mazas, los retumbos de las maderas, la algarabia de los niños y el ladrido de los perros alrededor de las hogueras, y mientras golpeaba los hierros cantando las viejas canciones eslavas, se dejaba atrapar en la trampa de la nostalgia y revivia aquellas tardes en Iaroslav, cuando su padre lo llevaba de la mano a visitar las obras de la nueva fabrica de herrajes o las del puente sobre el rio Kotorosl, construir es perdurar mas alla de la muerte, le decia su padre, y aquellas palabras las habria de recordar para siempre al contemplar obras grandiosas como el templo de Juan Crisantemo de su ciudad, los puentes sobre el Volga, la fortaleza de Cazan o los palacios de Moscu. Construir para perdurar, pero tendra que haber algo mas, una forma de mantener vivos los pensamientos pasados, de inventarle lados nuevos a la belleza o una manera de hacer realidad lo increible, esto pensaba el ruso al contemplar la obra de Zalampernio, y le preguntaba al abuelo, por que haces todo esto, Cosme, y este respondia, es como levantarse en armas, y Basilio preguntaba, en armas contra quien, y el abuelo le explicaba, contra el mundo, Basilio, contra ese mundo que lo mire por donde lo mire no termina de gustarme, y el ruso reia y seguia tarareando aquellas canciones que el llamaba jorobodis, por las riberas del Volga los cosacos se enamoran y las hilanderas se van vistiendo de novias. La niña Angelica, la hija del practicante señór Patricio, tambien acudio a visitar las obras, y vio al ruso cantando, contemplo el sudor que arroyaba por sus brazos brillantes y deseo estar alli cada dia trabajando a su lado, y Basilio la vio a ella como la unica mujer del mundo, con sus pecas marrones como nubes en medio de dos relampagos verdes, con sus pechos balanceandose como campanas de gloria, y detras de ella veia Basilio el chorro de uno de los saltos de agua recibiendo el sol y le parecio a Basilio que Angelica estaba flotando sobre una telaraña de luz, penso que el cuerpo de Angelica era la obra mas grandiosa de cuantas habia conocido, y deseo entrar en aquel cuerpo para perdurar en el, y la miro como si ella estuviera desnuda, y se le velo la mirada, era el sudor, era el desmayo que hacia desaparecer los obstaculos, y el ruso solto el martillo y tambien solto la barra de hierro y fue hacia ella y no miro atras porque nada existia a sus espaldas y no miro a los lados porque solo habia un camino que iba hacia la niña que se habia convertido en la unica mujer, y llego hasta ella y le dijo, vente conmigo, y la tomo de una mano y ella dijo, van a vernos, y el dijo, no hay nadie que pueda vernos, y la llevo detras de los embalses y la recosto sobre una de las llabanas de la presa que aun no llevaba agua y le dijo, Angelica, tengo que hacer lo que voy a hacer, y lo hizo, y ella dejo que lo hiciera, y cuando terminaron de hacerlo se volvieron a oir los golpes de las mazas en las piedras y el ruido del arroyo saltando por encima de las escolleras y la algarabia de los niños y algun que otro ladrido de perro, y Basilio dijo, yo te quiero para siempre, y la niña Angelica lloraba con los ojos cerrados y le daba saltos el corazon como si fuera una rana que se habia tragado y le decia, yo tambien te quiero, pero mi padre nos va a matar a los dos, y el ruso la abrazaba y le decia, esta obra no la puedo dejar porque es una obra grande, la mas grande de todas, en realidad mas que una obra es una revolucion, pero cuando termine esta obra que es mas que una obra nos iremos juntos, y Angelica preguntaba, y adonde nos iremos, y el le hablaba de los mares, del mar Cantabrico, y tambien del mar Caspio que era dos cosas a la vez porque era un mar blanco y tambien era el lago mas grande del mundo, y le describia los barcos gigantes que navegaban durante meses por el oceano, que era el superlativo del mar, y le hablaba de los ferrocarriles que cruzaban varios paises sin detenerse y tambien le hablaba del Volga, que era uno de los rios mayores de la tierra y dejaba sus aguas en el Caspio, y la besaba y le decia, yo te llevare a conocer los embarcaderos imperiales del Volga, y ella escuchaba embelesada todo cuanto el ruso decia, y se acurrucaba en el y repetia, mas te vale, Basi, mas te vale.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
En el mes de noviembre del año treinta y dos las obras estaban muy avanzadas, pero la nieve obligo a detener los trabajos. En la zona mas estrecha y rocosa del arroyo se habia construido una represa de troncos que empantanaba el agua y la distribuia en dos azudes de piedra, con rejillas y compuertas y camaras de decantacion, hasta elevarla y dejarla en dos embalses, al sur, por encima de todas las construcciones, el abuelo quiso que yo plantase cada una de las especies de arboles y arbustos conocidos ... (ver texto completo)

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