TURON: Los que de niños aprendieron esta canción en la escuela...

Por fin, la huelga general del mes de agosto de 1917 terminó. Los dirigentes de la UGT fueron detenidos y condenados, entre ellos los dirigentes sindicales de los mineros de Asturias. También fue condenado José María Viñuela, por cuya libertad Asturias hizo una gran campaña, y cuando años más tarde salió en libertad vino a Turón a dar las gracias a todos los asturianos que lucharon por su libertad. Desde la estación de Ujo caminó acompañado por Belarmino Lobato y Enrique García, y en Peñule le esperaba la representación de Turón, encabezada por Francisco Castaño, José Casín, José Puenes y Silverio Panizo con una docena más de compañeros, quienes llegaron a pie, por la carretera, hasta La Veguina, donde les esperaban para una gran reunión y una buena comida. Aparentemente la huelga no fue un éxito, pero a luchar se aprende luchando y la lección de este combate sirvió para otros que tuvieron a continuación.
La primera guerra mundial terminó en 1918 y con ello la patronal minera también perdió un gran mercado y tuvo que enfrentarse con la competencia del carbón inglés.
Entonces se decía que la guerra europea había sido para los capitalistas españoles la época de las vacas gordas y que ahora comenzaba la época de las vacas flacas.
No obstante en 1919 se consiguió la jornada de ocho horas y en el interior de la mina una hora menos, la jornada de siete horas, contada de boca a bocamina de entrada y salida.
El Sindicato Minero fue reconocido por la Patronal como representante legítimo de los trabajadores de las minas y comenzó a colaborar con los patronos pidiendo ayuda y subvenciones al gobierno para esta industria agredida por el dumping del carbón ingles que trataba de aplastar nuestra industria carbonífera.
A este efecto el Sindicato Minero organizo una gran concentración y mitin en la plaza de toros de Oviedo. Los patronos distribuyeron los billetes de ida y vuelta gratuitos en los ferrocarriles que iban a Oviedo. La concentración y el mitin fueron un gran éxito y el Gobierno concedió una
ayuda económica a las empresas. Por su parte el Sindicato pidió y obtuvo de la Patronal una ayuda económica de un real (25 céntimos) por tonelada de carbón para el Orfanato Minero
de reciente creación.
Con estas decisiones se despejó un poco la oscura situación en las cuencas mineras, pero esto duró muy poco tiempo. A principios de 1922 la Patronal minera planteó de nuevo
la necesidad de disminuir el personal que trabajaba en las minas a lo que los obreros respondieron con su protesta y desaprobación, convocando un paro general llamado
la huelga del Frente Único, que duró más de dos meses. Fue la última huelga que los mineros hicieron unidos hasta la revolución de 1934, ya implantada la República en abril de 1931.

Durante esta huelga muchas familias volvieron a sus pueblos de origen, grupos de trabajadores fueron a la provincia de León, otros grupos fueron a machacar «morrillos» de los ríos para hacer grava y arreglar las carreteras.
Los niños de menos de 14 años fueron recogidos en familias de Gijón, Avilés, Pravia y otras localidades de Asturias mientras duró la huelga. El socorro se terminó muy pronto, los comerciantes sólo podían dar fiado algo de pan, el resto de alimento que se podía encontrar en las propias huertas era muy poco. La situación fue muy grave hasta que se reemprendió el trabajo y la gente pudo abastecerse en los economatos de las empresas.
¿Que pasó pues para que los mineros de Asturias estuvieran a partir de entonces divididos en dos sindicatos: el Sindicato Minero y el Sindicato Único?
En los últimos congresos de la Internacional Socialista celebrados antes de comenzar la primera guerra mundial, se tomó el acuerdo y se previno a las potencias que se enfrentaban en dicha guerra que ésta se consideraría como imperialista por el reparto de las colonias y de los mercados capitalistas, que en ningún caso la apoyarían y llamarían a los trabajadores de los países beligerantes a derrotar a los gobiernos capitalistas y a hacer la revolución socialista. Pero cuando la guerra empezó los dirigentes de la Internacional Socialista cambiaron de opinión, los socialistas de Alemania echaron la culpa a Francia de comenzar la guerra y entraron a formar parte del Gobierno alemán para defender su patria, actitud que también tomaron los socialistas de Francia.
En Rusia el Partido Obrero Social demócrata, aunque divididos en Dos fracciones, los mayoritarios (bolcheviques) y los Minoritarios (mencheviques) pero apoyado por la fuerza que representaban los Consejos de Obreros, Soldados y Campesinos, tomó el poder del antiguo imperio zarista. Fue el triunfo de la revolución proletaria que abría el camino a la sociedad socialista. El mundo proletario saludó y apoyó esta revolución y entre ellos los trabajadores españoles, particularmente los mineros asturianos, que tantas veces en sus manifestaciones habían cantado:

Comuna amada
te veneramos y
cuando vuelvas a renacer
vengar tus víctimas aseguramos
y cuando vuelvas
hay que vencer
hay que vencer.

Los que de niños aprendieron esta canción en la escuela de la Casa del Pueblo, no podían ser indiferentes ante esta revolución proletaria triunfan- te. Veintidós secciones del Sindicato Minero votaron por sostener y defender la revolución de los obreros y campesinos de Rusia y fueron expulsadas del Sindicato Minero. Los dirigentes del Sindicato Minero recurrieron a las autoridades judiciales, que decretaron el desahucio de los que ocupaban los locales que eran propiedad de la UGT. Este fue el motivo que produjo la división de los mineros, entre los que apoyaban la revolución proletaria en Rusia y los que no la aprobaban porque decían que no era democrática. Aun así, en la huelga de 1922 estuvieron de acuerdo; por eso se llamó la huelga del Frente Único.
Los desahuciados del inmueble de la UGT de Turon se llevaron todos los muebles que les pertenecían y se alojaron en el sótano de una casa nueva al lado de la escombrera del Lago. Crearon el Sindicato Único y con el PCOE, creado por la Federación Nacional de las Juventudes Socialistas, y algunos miembros de la agrupación socialista que esperaban el resultado de la entrevista de Fernando de los Ríos y de Daniel Anguiano con Lenin sobre las condiciones de ingreso en la IC, comenzaron su camino sindical aparte del Sindicato Minero.
Cuando el Sindicato Único estaba en pleno periodo de organización, en septiembre de 1923 el general Primo de Rivera dio un golpe de Estado e implanto una dictadura que duro siete años.
Los dirigentes del Sindicato Minero continuaban diciendo que en épocas de crisis económica no se podía hacer huelgas, pues éstas beneficiaban más a los patronos que a los obreros. Además, defendían la teoría de que el capitalismo organizado desembocaría en un régimen socialista. Incluso se decía que Primo de Rivera había ofrecido a Manuel Llaneza la cartera de Trabajo, pero que Llaneza no aceptó y crearon con la Patronal minera los Comités Paritarios para resolver pacíficamente todos los litigios que surgieran entre obreros y patronos.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
En esta situación real, y antes de la clausura de todas las secciones del Sindicato Único por orden gubernativo en 1927, la Patronal planteó la necesidad de disminuir el personal y aumentar la jornada de una hora en el interior, es decir, trabajar en el interior ocho horas como en el exterior. Reunidos los miembros del Comité Paritario, los socialistas pidieron que el despido de los obreros se hiciera por orden de antigüedad, a lo que los patronos no se opusieron. También todas as secciones de Sindicato ... (ver texto completo)