CANCIÓN DE TURÓN autor SITO
Turón, pueblo querido
ennegrecido por el carbón.
Turón yo no te canto
porque quien canta es mí corazón.
Ya no eres lo que fuiste
porque el progreso te transformó
las cosas que perdiste
te las recuerdo en esta canción
---------- estribillo -------------- Ya no pita La Parrála
cuando sube hacia Fortuna
ni el turullu del taller
te avisa al llegar la Una.
Ya no hay bailes en Tablao,
Los Valles, ni El Tropezón,
ni en La Veguína y Linares,
ni en San Andrés de Turón.
Ya no están Chuso y Jerómo,
ni está Arturo ni Quirós,
que se fueron hace tiempo
a hacerle "gracias" a Dios.
---------- repetir estribillo --------------
Ya no pita La Parrála
cuando sube hacia Fortuna
ni el turullu del taller
te avisa al llegar la Una.
Ya no hay bailes en Tablao,
Los Valles, ni El Tropezón,
ni en La Veguína y Linares,
ni en San Andrés de Turón.
Ya no están Chuso y Jerómo,
ni está Arturo ni Quirós,
que se fueron hace tiempo
a hacerle "gracias" a Dios.
Y a quienes los recordámos,
sólo nos queda el consuelo,
en que estén los cuatro juntos
jugando al corro en el cielo.
Turón, pueblo querido
ennegrecido por el carbón.
Turón yo no te canto
porque quien canta es mí corazón.
Ya no eres lo que fuiste
porque el progreso te transformó
las cosas que perdiste
te las recuerdo en esta canción
---------- estribillo -------------- Ya no pita La Parrála
cuando sube hacia Fortuna
ni el turullu del taller
te avisa al llegar la Una.
Ya no hay bailes en Tablao,
Los Valles, ni El Tropezón,
ni en La Veguína y Linares,
ni en San Andrés de Turón.
Ya no están Chuso y Jerómo,
ni está Arturo ni Quirós,
que se fueron hace tiempo
a hacerle "gracias" a Dios.
---------- repetir estribillo --------------
Ya no pita La Parrála
cuando sube hacia Fortuna
ni el turullu del taller
te avisa al llegar la Una.
Ya no hay bailes en Tablao,
Los Valles, ni El Tropezón,
ni en La Veguína y Linares,
ni en San Andrés de Turón.
Ya no están Chuso y Jerómo,
ni está Arturo ni Quirós,
que se fueron hace tiempo
a hacerle "gracias" a Dios.
Y a quienes los recordámos,
sólo nos queda el consuelo,
en que estén los cuatro juntos
jugando al corro en el cielo.