Carretera Siones - Caces, SIONES

Los árboles siempre estuvieron conmigo. Quién no tuvo un árbol en su infancia que era refugio de la pandilla, donde los más atrevidos oteaban desde sus alturas y los pusilánimes quedabamos en la primera orquilla. Quién no se ha abrazado a un árbol esperando que éste le trasmita su vitalidad o buscado con avidez su calmante sombra.
Cuenta Tagore: " ¡Oh antiguo ciprés, con raíces enredadas, colgando de tus ramas, tú estás quieto todo el día, como un asceta entregado a sus penitencias. ¿Te acuerdas alguna vez de este niño cuya fantasía jugó con tus sombras?"