SELLAÑO: A la entrada de Sellañu lo primeru que se vé, ye Pardoriu...

A la entrada de Sellañu lo primeru que se vé, ye Pardoriu la Calzada y la Bimbla después... La Bimbla, La Bimbla, el pozu de la Bimbla, donde yo aprendí a nadar.. Hasta el día que me muera no lo podré olvidar...
Este correo es uno más de la generación de la coca-cola, pues yo soy de esas que conoció la tele en blanco y negro, de esas que jugó a los marcianitos …

De esas que conocieron a los gatos negros de Conchita, a Mariona y Dosita, el Bar de Manolo con el garaje al lao y el tractor de Pedro. De esas que veía a Santiaguín con paraguas al sol y en la cuneta cada vez que pasaba un coche, y a Pipa eternamente sentado en la esquina del bus. Yo soy de las que conoció el bar del Puente sin arreglos, a Hermógenes y a Valentín. La sonrisa de Elias y a Robustiano con su “todoterreno”. Hice tartas de galleta y flanín en casa de Salvador y María. Vi correr a Coralia para los praos de Sotu, ví a José el de la Torre pasar para Cazu, y a Faustino viniendo de la fábrica con su bolsillo de caramelos. Monté en la moto con Cándido el de Aurelia, y comí galletas en su escaño de Sotu.. Escapé del bastón de Francisco el de Tibiertu y sonreí con Lena. Recuerdo con mucho cariño a Otilia y las picardías de Prudencio, y siguiendo con los Alas, cómo olvidar los sustos de Vitor, y el “si hombre si” de mi abuelo... Y es que todos estos que faltan son viejas glorias que vieron nuestras retinas. Hoy he descubierto esta página, y me ha llenado de emoción. Gracias Eduvita por acordarte de la Leli.

Sé que me quedan muchos muchos más, pues por ejemplo no podría olvidar a Nides sentada en mi cocina. Pero este es un pequeño homenaje a los mas antiguos, una humilde demostración de que los que se van, aunque pasen los años, en realidad existen donde quiera, y existen mejor donde se les quiere...