SANTA CRUZ: Señora, no dudo de sus palabras, pero en la explicación...

Me dirijo a todos a los que tanto molesta la placa que existe en la Iglesia de Santa Cruz.
Quiero hacer alguna aclaración porque seguro casi nadie conoce la verdadera historia de algunos de las personas que se recuerdan en ella.
Soy nieta de José Castor Ruiz Sánchez (aunque en realidad fue José Castor Sánchez Ruiz). Estaba casado con Victoria Orbea y tenia dos hijos: Tomasa y mi padre Jose Antonio Sánchez Orbea.
Mi abuelo no murio en ningún campo de batalla ni pertenecia a ningún bando. Fue asesinado el día 8 de septiembre de 1936 en una cuneta por tres "vecinos" que lo fueron a buscar a su casa.
Fue enterrado en una fosa común en el cementerio de Oviedo. Y al día de hoy su cadaver no está localizado.
Estoy seguro que muchas personas de Santa Cruz que tengan más de ochenta años saben que es cierto y que como otros muchos, mi abuelo fue victima de la ignorancia y los malos sentimientos.
También tengo que aclarar que nunca oí a mi padre una palabra de rencor ni resentimiento hacia nadie. Y los muchos vecinos y amigos de Santa Cruz que lo conocieron saben que cuento la verdad.
No conozco la historia de todos las personas cuyo nombre se recuerda en esa placa, pero me consta que no todos murieron en el campo de batalla ni por pertenecer a ningún bando.
Un saludo para todos y mucho respeto y tolerancia.

Señora, no dudo de sus palabras, pero en la explicación de los hechos incurre Vd en contradicciones. Pero eso no es lo importante. La muerte de toda persona de manera violenta es un acto condenable desde cualquier punto de vista ético.
Su abuelo fué recordado desde 1939 hasta nuestros dias de manera pública y notoria. Su abuelo recibió homenajes a lo largo de cuarenta años de manera voluntaria por los adeptos al´régimen y de manera forzada por aquellos que no comulgábamos con el fascismo ni la dictadura. A día de hoy, el recuerdo y la memoria su abuelo está al alcance de cualquier persona que vea la placa o vaya a las misas organizadas por los nostálgicos de la dictadura.
Mis deudos y los de miles de personas no tienen ni placa, ni homenajes ni tan solo una referncia de donde están enterrados para poder poenerles un flor como postrer ofrenda a su vano sacrificio.
Hay una pequeña diferencia, con todos los matices que se quieran añadir, pero diferencia que mientras no se resuelva hará que yo diga gritando a los cuatro viento ¡JUSTICIA, JUSTICIA, JUSTICIA! Por que no es justo que tu abuelo tenga una placa y mis deudos estén en el ostracismo y como él miles más.
Corsino