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José Ramón Muñiz Álvarez
“LA NIÑA DEL PANADERO O EL AMOR MÁS ENCENDIDO”
(Poema dramático para Puerto de
Vega)

Pausa. Los demás aplauden risueños, salvo el joven MUCHACHO, que parece amargado.

MUCHACHO-. Y yo, que muero de amores,
que vivo desesperado,
de pasión arrebatado,
sabiendo de sus colores
Pues, al llegar los albores
y dar su color al día,
ella, con gran osadía,
sin esconder su belleza,
roba al aire su pureza,
la voz a la brisa fría.
Y es la tristeza el veneno
que me tiene aquí afligido,
y todo el pueblo ha sentido
de amores el pecho lleno.
Desde el más malo al más bueno,
todos dicen que la quieren,
que acaso sus ojos hieren
como hiere su dulzura.
CURA-. No es ofensa la hermosura.
MUCHACHO-. De amores los mozos mueren.
Ella, con su lozanía,
los enreda, quiera o no.
CURA-. No te doy la razón yo.
MUCHACHO-. Y cada brillo mentía,
que, desde la lejanía,
al correr de la alborada,
un destello en la mirada
puede ya ver, tiempo atrás.
CURA-. Por ello no me dirás
Que quieres que sea culpada.
MUCHACHO-. Su criminal hermosura
se dice ya lo más bello,
y maldigo ese destello
y maldigo su finura,
porque en el pecho se apura
el tormente en la pasión,
que más suele el corazón
dolerse de los amores
cuando bellas son las flores
que muestran su floración.
Ah, si pudiera matarla
o si pudiera tenerla.
CURA-. Vaya forma de quererla.
MUCHACHO-. Mejor diga de anhelarla.
Porque pudiera abrazarla
o encelarme bravamente
si la mirase la gente
o si alguno lo quisiera,
que para que mía fuera
puedo yo ser tan valiente.
CURA-. Dirás mejor temerario,
pues parece una locura,
resulte que la hermosura
quieres matar, sanguinario.
Yo te digo que, al contrario,
tu argumento es desvarío.
MUCHACHO-. Yo soy joven y bravío,
como lo manda la edad.
CURA-. Moza es la barbaridad
y de un joven no me fío.
MUCHACHO-. Pues de tal cosa me hace gracia.
CURA-. Viejo soy y tengo ciencia
obtenida con paciencia,
humildad y diplomacia.
Vas directo a la desgracia
con la actitud que mantienes,
que si mejor te previenes,
lo que conquista el amor
siempre es el trato mejor
y nos da mayores bienes.
MUCHACHO-. Pero me muero de celos
cuando la mira la gente.
CURA-. Tanto celo es imprudente.
MUCHACHO-. Mi pecho abrasan los hielos.
CURA-. No debes, con tantos duelos,
justificar lo que dices.
Tú mismo te contradices
al culparla por ser bella.
MUCHACHO-. Y lo es como una estrella.
CURA-. Y por eso la maldices.
No tienes en fin razón,
y ese amor del que blasonas
es mentira que pregonas,
pues no tienes corazón.
Lo que enciende tu pasión
es lujuria, que no amores,
y es cosa de pecadores
razonar de esa manera.
MUCHACHO-. Pero es que si ella quisiera
curaría mis dolores:
casarla quiero conmigo
y como a reina cuidarla,
y quiero yo agasajarla
si por amor la bendigo.
Quisiera ser yo su abrigo,
su esperanza y su razón,
pero con cruel corazón
me dice siempre que nones.
CURA-. Pues sintiendo esas pasiones
no puedes tener razón.
Y ella es joven todavía
para tales casamientos,
que son malos pensamientos
y tu mente desvaría.
¿No es ella libre? Confía,
y si no te quiere acaso,
tiene razón, hazme caso,
que por fuerza los amores
no se imponen con rigores.
MUCHACHO-. Yo de tristeza me abraso.

Telón y fin.

2011 © José Ramón Muñiz Álvarez
“La niña del panadero o el amor más encendido”
Poema dramático para Puerto de Vega.