Iva yo por la carretera de Carrio y me quedé mirando para este gatito, que entre curioso y asustado, se quedó inmóvil mirando al objetivo de la cámara.
Tras la portilla de hierro, tal parece que está en la cárcel de Villabona; más no, tras él tenía una amplia finca de manzanos, donde además varias gallinas estaban escargachando por entre los tapinos, esperando encontrar buienos merucos.
¡Digo yo, vamos!
Tras la portilla de hierro, tal parece que está en la cárcel de Villabona; más no, tras él tenía una amplia finca de manzanos, donde además varias gallinas estaban escargachando por entre los tapinos, esperando encontrar buienos merucos.
¡Digo yo, vamos!