POLA DE LAVIANA: EN EL FORMIGUERU...

EN EL FORMIGUERU
No tenemos muy claro que Pablo y Aida, mis nietos, vayan a ser campesinos. Pero aquí les vemos, garabatu,---angazu, rastrillo y atropador ---en mano limpiando las hojas que ya comienzan a caer de los árboles en agosto.

El Formigueru es un lugar paradisíaco. De frente, se yergue Peña Mea, con Pola de Laviana y Carrio debajo, el Nalón que serpentea, no ya de luto, como en tiempos de Emilio Martínez, sino reflejando su espejo de plata...

A la izquierda, el Cordal de Peña Mayor, que desde el Formigueru, con unos buenos prismáticos permite ver la campa de Funeres y el tejo que se eleva sobre el Pozu Funeres, tan lleno de leyendas como de historias... tristemente verídicas.
Después, a la derecha, además de tener La Campeta y Cabañes Nueves casi al alcance de la mano, aparecen al fondo los montes de de Lena, de Quirós, de Aller. y con una vista como en una hondonada plácida de viviendas y praderas, se observa San Mamés, que los vecinos dice "Sanamies", y ellos sabrán porqué.

Y como de lo que se trata es de hablar del Formigueru, donde ayer era un xarrangal, al decir en bable de los vecinos, donde no había más que maleza, árgomas, o sea, aulagas, helechos que cubrían con densa capa el terreno... todo lo cual hube que ir limpiando, retirando piedras, levantar muros, cercar la finca, y para revitalizarla, plantar en ella árboles frutales: cerezos, perales manzanos, ciruelos, avellanos e incluso algún castaño... Todo con el fin de enriquecer la finca, que por no tener, no tenía ni un carrasco, ni un laurel, ni rosales, ni romero...

Y eso y muchas otras plantas, como camelias, como rododendros, como espinos albares, como tejos, incluso como olivos y, en fin, otras árboles y plantas ornamentales, todo lo cual hace que el lugar sea un paisaje lleno de atractivo y al cual se llega, desde Pola de Laviana, en unos 20 minutos.

Hay, sin embargo algo en contra. Los corzos entran y raspan con sus cuernas los árboles más jóvenes y los que no, triscan las yemas de los mismos, con lo cual hace que se echen pestes contra tales animales... que no son los únicos, pues por las trazas y lo que derriban, también hay jabalíes.

Y hay más. Por diez árboles que los corzos secaron, una sociedad de cazadores pagó 30 euros, lo que no deja de ser un escarnio y una burla. Pues 30 euros cuestan tres árboles baratos.

Y ya puestos, cuando los frutos comienzan a salir y sin madurar siquiera, las aves, que las hay no dejan nada... O sea, que el paraíso si lo es, pero habría que preguntar a Dios, creador del Mundo, cómo se arregló él para que no fuera así o para que fuera un poco mejor o no fuera como es en este lugar del que estoy hablando y donde mis dos nietos se ven "atropando" hojas...