POLA DE LAVIANA: A veces, te entra un poco de nostalgia y recuerdas...

A veces, te entra un poco de nostalgia y recuerdas tiempos, de niño, donde la Pola era para nosotros el centro del Universo conocido. Nuestro mundo se encerraba en un espacio limitado por los montes de Peñamayor, Sierra del Crespón, Peña Mea, El Cordal de la Vara y el altu de la Falla los Llobos. Seguro que existía otro mundo fuera de esos límites, pero casi lo desconocíamos; salvo cuando íbamos a Sama al médico especialista ó a comprar ropa a Escudero y algún que otro viaje (pocos) a Oviedo, casi siempre para asuntos importantes.

En alguna ocasión teníamos la suerte de montar en el tren de madera del Ferrocarril de Langreo y poder ir a Gijón a ver la playa de San Lorenzo; en aquellos interminables viajes, donde el humo de la máquina y los hollines al pasar los túneles, formaban parte de la aventura.

Yo, tenía un amigo en la escuela que presumía de haber visto a la osa Petra en el Parque San Francisco de Oviedo y un vecino que se llamaba César que hizo la mili en Africa (en la legión de voluntario), solía presumir por la Pola vestido de militar, con el cuello desabrochado y la camisa arremangada, luciendo en el antebrazo un tatuaje del símbolo de la legión.

Manolín -un amigo de la pandilla- decía que Africa quedaba más allá del extranjero (en aquellos tiempos el extranjero en Laviana era Francia, Bélgica y Alemania, donde solían emigrar los lavianenses que aspiraban a mejorar sus condiciones de vida y… que no fueron pocos.

Por estas fechas ya estábamos esperando que Cristóbal segara el prau del merendero e ir a tomar el sol al lado de los ablanales y poder darnos un baño de vez en cuando en las frías aguas del Nalón, en la explanada de La Chalana.

En el Prau de la Coaña, que regentaba en esa época Botero (el veterano futbolista del R. Titánico) realizaban labores similares y reparaban los bancos y mesas de madera de construcción tosca, pero efectiva para la merienda de las familias, bajo la apacible sombra de la arboleda de manzanos, cerezos, algún avellano y otros frutales.