¡Realmente, no me lo podía creer!
Iva yo dando un
paseo con mi cámara de
fotos y la
yegua pacía apaciblemente en el prado. Enfoco la cámara a la yegua para hacerle fotos y; ¡cual sería mi sorpresa!, la yegua se coloca, como una veterana modelo a "posar", sin extrañar lo más mínimo el aparato fotográfico; es más, dandome facilidades en el posado.