Oviedo, Ovetao... no se sabe con certeza donde está el origen del nombre de la ciudad. Hay muchas y variadas teorías al respecto. Así el filólogo Menéndez Pidal encuentra una raíz celta en el primitivo nombre "Ovetao" al que considera equivalente al actual Obétago de
Soria. Para otros Oviedo equivale a la palabra vasca "oveta" que significa "sitio altibajo". Para García Berlanga la palabra Oviedo estaría formada por las voces Ove (Eo) y Deva, que son los
ríos que sirven de límites al Principado por sus dos extremos, oriental y occidental... (continúa en http://www. oviedocomercial. com/ciudad/
historia. htm).
Aunque, según el profesor Guillermo Tejada, "Oviedo/Ovieto" sería el diminutivo de "Ovi/Obi/Ubi", hidrónimo prelatino -del grupo hidronímico indoeuropeo "aua/eva/iba/oba/uba"- con el significado de "
río"; en este caso,"Uvi-eto/Obi-eto/Ovi-edo" vendría a significar "río pequeño"; es decir, (poblado junto al-) "río pequeño".
Otros estudios indican que Oviedo fue fundada en el año 761 por dos monjes en una colina denominada “da Oveto”, donde erigieron una
iglesia dedicada a
San Vicente. En esta misma centuria,
Asturias se había convertido en el único foco de resistencia ante la invasión musulmana de la Península Ibérica (711), y que derivaría, tras la batalla de Covadonga (722), en la fundación del reino de Asturias por Pelayo, elegido jefe por los astures (718).
La consolidación del reino llevará a Alfonso II a elegir Oviedo como nueva capital (808), e iniciar una intensa actividad constructiva para engrandecer y embellecer la corte. Esa labor, continuada por sus descendientes, dotará a la ciudad de varios
edificios religiosos y civiles del Prerrománico Asturiano.
Oviedo volverá a ocupar un lugar de importancia en la Edad Media, gracias a las peregrinaciones a la
catedral de San Salvador, como hito en el
Camino de Santiago: “Quien va a Santiago y no al Salvador, venera al criado y no al señor”, reza un antiguo refrán
medieval.
A lo largo del siglo XVI, la ciudad crece más allá del límite impuesto por la
muralla y, en los siglos XVII y XVIII, Oviedo se convierte en el centro político del Principado, lo que llevó a muchos de los nobles asturianos a construir sus
palacios en ella.
La construcción en el siglo XIX de la
calle Uría supuso la tala de un gran roble centenario, muy querido por los ciudadanos y bautizado como “El Carbayón” (carbayu es roble, en asturiano), nombre que pasaría a identificar a los ovetenses.
El aspecto de las
calles,
plazas y avenidas, gracias a las iniciativas municipales tomadas y al cuidado de los ovetenses en su conservación, ha hecho merecedora a la ciudad del galardón de ciudad más limpia de
España durante varios años consecutivos.
NARANCO (STA. MARÍA): felig. en la prov., dióc., part. jud. y ayunt. de Oviedo (1/4 leg.). SIT. en la parte meridional de la cuesta del mismo nombre, desde cuya cima se divisa la v. y
puerto de Gijón, y las
embarcaciones de aquella costa en días serenos y despejados; y desde el
pueblo se perciben las
torres, edificios y
cúpulas de la c. de Oviedo, lo cual ofrece una perspectiva agradable y pintoresca. Reinan con más frecuencia los aires del N.; el CLIMA es templado y las enfermedades comunes erisipela, sarna y mal de rosa. Tiene más de 30
CASAS repartidas en los
barrios de Constante, Pibidal y Naranco. Hay
escuela de primeras letras pagada por los padres de los niños que a ella concurren. La igl. parr. (Sta. Maria) es muy ant., atribuyendo algunos su construcción al rey D. Ramiro I; su
arquitectura columnas,
escudos y relieves llaman la atención de los sabios y artistas y aun de los extranjeros, que vienen con frecuencia a sacar diseños. Anteriormente era aneja de la de San Miguel de Lillo o Liño, pero habiéndose deteriorado y casi reducido a escombros, quedó independiente la de Naranco, y en la actualidad sirve para ambas felig.; desempeña el culto un cura de primer ascenso y patronato real. Confina el TÉRM. N. con la felig. de Villaperez; E. los Prados; S. las de
Arcos y
San Claudio; y O. la de Loriana. El TERRENO participa de
monte y llano, y es de buena calidad, pero escasea de
aguas, porque no tiene r. ni arroyo, y las de las
fuentes en su mayor parte son conducidas por cañerías para surtido de la c. de Oviedo. Los
CAMINOS son locales y malísimos, PROD.: escanda, trigo, maíz, lino, habas, patatas, nabos,
nueces,
castañas, peras, manzanas, higo, ciruelas y
cerezas, todo de buena calidad: hay
ganado vacuno, caballar y de cerda; y
caza de liebres y perdices, IND.: además de la
agricultura, en que se ocupan los hombres, la proximidad de la c. de Oviedo estimula a las mujeres a dedicarse al oficio de lavanderas y panaderas. PORL.: 3O vec, 158 alm. CONTR. con su ayunt. (V.).
* Diccionario geográfico – estadístico - histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Pascual Madoz, 1847.