LUARCA SUFRE LA BORRASCA
En esta tierra asturiana
donde el Cantábrico clama,
su fuerza por la mañana
al marinero le llama.
“Asturianos de braveza”
rellenos de fuerza y alma,
en el mar hallan nobleza
y en la costa piden calma.
Estas tormentas feroces
que rompen las balaustradas,
asustan tanto a las voces
que se sienten marginadas.
Luarca y sus marineros
sufren estos temporales,
no valen aventureros
con los grandes vendavales.
Marineros entregados
que conocen su terreno,
pueden ser aniquilados
en el temporal sin freno.
La costa tendiendo amarras
a sus barcos en parada,
las olas sueltan sus garras
con esa fuerza agrandada.
El Cantábrico crecido
con su fuerza y su arrogancia,
tanto daño a producido
que hasta se guarda distancia.
El Cantábrico refleja
sobre la costa asturiana,
y su fuerza no se aleja
parece su tierra hermana.
Las olas vienen rompiendo
y dejándonos sus marcas,
la costa lo va sintiendo
en sus piedras y sus barcas.
G X Cantalapiedra.
En esta tierra asturiana
donde el Cantábrico clama,
su fuerza por la mañana
al marinero le llama.
“Asturianos de braveza”
rellenos de fuerza y alma,
en el mar hallan nobleza
y en la costa piden calma.
Estas tormentas feroces
que rompen las balaustradas,
asustan tanto a las voces
que se sienten marginadas.
Luarca y sus marineros
sufren estos temporales,
no valen aventureros
con los grandes vendavales.
Marineros entregados
que conocen su terreno,
pueden ser aniquilados
en el temporal sin freno.
La costa tendiendo amarras
a sus barcos en parada,
las olas sueltan sus garras
con esa fuerza agrandada.
El Cantábrico crecido
con su fuerza y su arrogancia,
tanto daño a producido
que hasta se guarda distancia.
El Cantábrico refleja
sobre la costa asturiana,
y su fuerza no se aleja
parece su tierra hermana.
Las olas vienen rompiendo
y dejándonos sus marcas,
la costa lo va sintiendo
en sus piedras y sus barcas.
G X Cantalapiedra.