Soy el Diañu Burlón y nunca podrás atraparme. Ni los
romanos pudieron y esos sí eran duros, no como tú. Puedo cambiar de forma y engañ
arte para que hagas lo que yo quiera. ¡Ay, qué tontos sois los humanos!
Más que diablo, es un bromista, de baja estatura. Es parecido al Trasgu y, como no tiene malas intenciones, se dedica a burlarse de la gente, tomando forma humana o de animal doméstico.
Su mayor actividad tiene lugar durante la
noche, asustando al caminante que anda a deshora. Incordia al molinero que maquila de noche, desorienta al paisano que busca a los animales perdidos, se burla de los mozos que regresan tarde de una
fiesta.