Los pavos reales claro que tienen plumas, y también son extremadamente cautelosos con sus enemigos depredadores (que por lo general son humanos) Por lo que le advierto, que se aleje siempre de ellos y cuanto más lejos, mejor. También le podría caer un buen perdigonazo lanzado por alguno de los guardas que vigilan por el bienestar de los animales. Si necesita plumas, pídaselas a su padre.
ma gustaria saber si tienen en el parque de gijón isabel la católica plumas de pavo real, si es asi, de que manera nos podíamos hacer con ellas?
Me gusta Gijón. Es una ciudad preciosa. He paseado por este parque algunas veces, y por el parque inglés que está al otro lado y también es muy agradable.
Desde Cáceres saludos a Gijón.
Dicen que la felicidad es la infancia recuperada...el recuerdo más antiguo de felicidad, de plenitud, de vivencia de experiencia maravillosa la tengo yo de una tarde en el parque de isabel la catolica, yo tendria menos de diez años, serían los años setenta y habian puesto unos coches para niños...estoy deseando volver a este parque que para mí será ya siempre mágico. Una llanisca.
En este precioso parque aprendí a patinar ¡con ruedas de cojinetes, ya llovió! y me llevó mi padre cuando inauguraron la estatua a. Fleming. Está en mi corazón enredado entre mis recuerdos de niña. Lo amaré siempre.
ma gustaria saber si tienen en el parque de gijón isabel la católica plumas de pavo real, si es asi, de que manera nos podíamos hacer con ellas?
Me gusta Gijón. Es una ciudad preciosa. He paseado por este parque algunas veces, y por el parque inglés que está al otro lado y también es muy agradable.
Desde Cáceres saludos a Gijón.
Dicen que la felicidad es la infancia recuperada...el recuerdo más antiguo de felicidad, de plenitud, de vivencia de experiencia maravillosa la tengo yo de una tarde en el parque de isabel la catolica, yo tendria menos de diez años, serían los años setenta y habian puesto unos coches para niños...estoy deseando volver a este parque que para mí será ya siempre mágico. Una llanisca.
En este precioso parque aprendí a patinar ¡con ruedas de cojinetes, ya llovió! y me llevó mi padre cuando inauguraron la estatua a. Fleming. Está en mi corazón enredado entre mis recuerdos de niña. Lo amaré siempre.