Los grandes Plátanos del
Parque de Begoña desnudos de sus hojas, apenas dejan cobijo para los pajarillos; pero a los estorninos, eso no parece afectarles: aparecen por miles haciendo dibujos increibles en el
cielo. Al
atardecer se posan en las desnudas ramas y pasan la
noche al raso.