Menos mal que vimos una gran cuevona preciosa y ¿dónde estará? pués en Ribadese-
lla hombre ¿dónde iba a estar, en la
Calle Uría de Oviedo? yo no sabía de ésa pre-
ciosidá de la
naturaleza astur, gracies Fernando.
Cuando miles y millones de rapacinos se mueren de fame
y los que lleven les riendes del mundo sin enterase,
se estremecen los cimientos de les Ciencies y les Artes
guarden luto los luceros, y lloren de pena los ángeles,
la
primavera no puede seguir, la probe, adelante,
porque
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