Me llamo Ramónde Cangas. Mi abuelo Ramón de Cangas era de Cecos y tomó matrimonio con Eduvigis, constituyendo su hogar en Cecos y teniendo en descendencia siete hijos: Carmina, Enrique, Mercedes, Ramón, Luis, Angel y JoséManuel, entre los que se encontraba mi padre Ramón de Cangas.De niño gocé en aquellos prados, en aquellas viñas, con aquellas aguas del río, por aquellos caminos polvorientos bajo un sol abrasador pero estimulante.Me acuerdo de algunas de sus buenas gentes: Ramón el de Recadeixo y su hermano, Bernardino, Segundo y tantos otros..¿Y cómo no recordar las comidas tan suculentas que preparaba mi tía Mecedes en su tienda´-bar?.¿Y aquellas tertulias de sobremesa que duraban horas , llena la mesa de apetitosos manjares, y acababan en la cena y la recena sin que los manjares se acabasen?.
Mi padre Ramón de Cangas siempre tuvo presente en su corazón a Cecos y a sus gentes, antes o después sus conversaciones derivaban a los recuerdos vividos con aquellas gentes entrañables, en aquella vida sana y llena de paz, que nunca dejó de idealizar y de querer.Sí, Cecos tenía un encanto especial, era como otro mundo, era como un ideal de vida, por eso Cecos queda en el corazón a través de los años sin que se pierda el cariño y el recuerdo.
Mi padre Ramón de Cangas siempre tuvo presente en su corazón a Cecos y a sus gentes, antes o después sus conversaciones derivaban a los recuerdos vividos con aquellas gentes entrañables, en aquella vida sana y llena de paz, que nunca dejó de idealizar y de querer.Sí, Cecos tenía un encanto especial, era como otro mundo, era como un ideal de vida, por eso Cecos queda en el corazón a través de los años sin que se pierda el cariño y el recuerdo.