BLIMEA: Cuenta la leyenda que fue el Castillo de Blimea casa...

Cuenta la leyenda que fue el Castillo de Blimea casa de señorío y misericordia, dando sustento a quien desfallecía y cobijo a quien lo necesitaba, cualquiera que fuese.

El dueño del Castillo era un noble hidalgo, señor de todo el valle, hombre misericorde y tranquilo, que tenía por una de sus costumbres asomarse a las almenas para contemplar sus dominios, prefiriendo estos pasatiempos tranquilos, a la ferocidad de la guerra.

El buen hombre tenía solo una hija, como suele ocurrir en la gran mayoría de las leyendas, de nombre Florinda, a la que todos los habitantes de la comarca querían, por su virtud, su piedad y su belleza.

Florinda era pretendida por todos los infanzones de los alrededores, que desfilaban diariamente hacia el castillo en bellos corceles, con la esperanza de conseguir la mano de tan hermosa beldad, quizá la joya mas preciada que su padre poseía.

Sin embargo, ninguno se había ganado el amor de la muchacha, y tampoco atrevianse a decirle nada mas, conformándose con su amistad, y queriéndola en la distancia, esperando y rogando, que algún dia cambiara de parecer.