BEZANES: Viene de la pagina anterior_______________...

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Al llegar, y vernos que estabamos todos sanos, pero muy cansados - uno se quedó a dormir con nosotros -era Kilo Barrial, – (y añade Marino Vega) - los otros tres se volvieron para el pueblo a dar la noticia de que estabamos sanos y salvos, llagaron a Bezanes a las dos de la madrugada. Y desde allí regolvieron a Roma con Santiago.

Al otro día, de mañana seguia la gente cansada, y volvimos a la Vega a llevarles hierba y sacarlas de entre el agua. Son animales muy potentes llevan 8 días sin probar bocado y no perdian la energía, y estando en esta faena, un helicóptero, pasa pero a la primera vuelta no le dimos importancia, no sabíamos nada de él, ni que nadie lo avisara, pero hubo algún compañero que no se dejó esperan y avisó con toda emergencia para que nos viniera a salvar. Él aparatu no pudo aterrizar en la Vega de Pociellu, y no nos pudo sacar. – un día más en el monte, - ya había mejorado el tiempo, y por la tarde regresamos al pueblo - (ésta operación de salvamento se organizó a través del alcalde Ramón Blanco y el cuartel de la Guardia Civil de Caso, en combinación con los vecinos de La Foz que tenían coche disponible en aquel momento, (los dos Aurelios) para que el helicóptero los trasladara desde la Vega, hasta el Puerto de Tarna, y después por carretera hasta sus domicilios, la operación muy bien organizada, por el comandante de puesto de la Guardia Civil de Caso, (el sargento Avelino que es natural de Benavente). En combinación con Protección Civil de La Morgal.) -Pero no pudo ser, no pudo aterrizar en la Vega.
- Al otro día, llegó muy puntual, en los llanos de La Foz, con unos fardos de hierba le estabamos esperando y enseguida levantamos vuelo y en muy pocos minutos les yegües sobrevolamos.
El aparato volaba a gran altura, (era un “hélimer” grande que tenía alquilado del Principado, con capacidad para veintitantas personas no podía aterrizar, la copa de Pocieyu, no daba para después poder levantar y desde el cielo les tiramos unos fardos de hierba, algunos el viento se los llevó, y al otro día no los encontramos.)

La gente no se arredraba y cada día más valientes, dicen que sea, como sea, que hay que vaxar les yegües.
El día dos de Diciembre, antes de que amaneciera ya estaben un grupo de gente en la bolera, eran; Juan el de Luisa, con Manuel Ruiz, el otru Javier el nietu de Manuel. También estaben algunos otros que no los voy a nombrar, porque vienen a ser los mismos de estos otros días de atrás. Ibamos con decisión, aquel día ya salió en los periódicos de la región, formábamos caravana, mis sobrinos con los coches y el Lang- Rober de Tarna, llagaron cuatro de Sotu, con energía y decisión, eran Carlos Valdés, Ladio, Samuel y Amador el de Encarna.
– Cuando salieron de Sotu todavía era de noche y fue e llevarlos a les Torres Miguelito con el coche.

Este pueblo de La Foz, que solidario siempre se presta para todo, siempre se prestaron para lo que hiciera falta, del barriu del castañeu era, Graciano Valdés y na más pasar el puente, los Barriales, estaba José Manuel un pocu más arriba, y en la calle principal los fillos de Anita, allí vecino se encuentra a Marcelino el de Antonia y un poco más abajo a Ignacio el de Covadonga, Canor, no vino a abolgar porque está ya algo pesado y ya tiene edad, pero desde el primer día quiso mandar su caballo, también fue José el sobrin de Duardo.

Esta el pueblo de Pendones en un rincón apartado, pero estaba amaneciendo cuando pasaron el Faucau. No sé a que hora han salido para llegar tan temprano, eran Josein el de Miguel, Luisito y Olegario.
José Manuel el de Enma, también se prestó a abolgar, pero como quedaban en casa unes cuantes vaques avíales que cuidar. Ya no había que temer esta cuadrilla de gente aunque era largo el trayecto, ya dominaba la nieve. Con la ayuda de la gente y el esfuerzo de los caballos, nos metimos por los Ríos y salimos por Los Yácios, pasamos per Les Mestures, para la Llana la Piedra y a las cuatro de la tarde ya estábamos en la Armadiella.

Los teléfonos de Casu non paraben de sonar el locutoriu de La Foz era el cuartel general. También la Guardia Civil nos dejó muy satisfechos, estuvieron día y noche pendientes de los sucesos, desde Campu de Casu a Tarna, non dejaron de viajar, siempre dispuestos para lo que fuera ayudar.

Es muy necesario y preciso el dinero, de todos es bien sabido, pero nunca da el placer de estar rodeado de amigos. Yo con esto tuve una mala racha y quedé muy satisfecho porque pude comprobar que tengo amigos completos. Sí en algo les pude faltar a todos les pido perdón, tengo algo suelta la lengua pero noble el corazón. Hoy reunido y contento, porque no hubo desgracias, solo les puedo decirles gracias, gracias, muchas gracias, creo haberlos nombrado a todos y para cerrar la lista suscribe.
Marino Vega que ha sido el protagonista.

(Este discurso lo echó al finalizar la cena que ofreció un mes después a todos los que le ayudaron.)