La calle central de la Barriada del 1º de Mayo (antes San José obrero) aparece vacía; solo unos cuantos coches aparcados, parecen contemplarme. Muchas persianas vacias, algún letrero de SE VENDE y adivino tras las cortinas de alguna ventana la mirada de una abuela que espera la llegada de algún nieto que la acompañe, a la hora de la comida.
Aquellos chiquillos que antaño poblaron estas calles con sus juegos y su griterío de chiquillos, ya no están... se han ido, hace años, en busca de un trabajo...