La
Iglesia de
San Ildefonso o de Santiago el Mayor es el único resto que conservamos del antiguo
convento de los padres dominicos de San Ildefonso, que fue abandonado en 1835, durante la desamortización de Mendizábal. En el año 1902 se convierte en sede de la
parroquia de Santiago, cuya iglesia había sido derribada con anterioridad.
El arquitecto Felipe de Busiñac y Borbón dirige las obras a partir de 1661, al mismo tiempo que interviene en la construcción del
Palacio de los Condes de Argillo.
La
fachada de este gran templo barroco, se realizó en ladrillo, un material de gran
tradición en estas tierras, y pese a su enorme tamaño, la fachada posee unas líneas elegantes, formando todo un armónico conjunto, flanqueado por dos
torres que se disponen avanzadas respecto a la línea del cuerpo central; su último piso será añadido por el arquitecto Chueca Goitia en la década de 1970.
El interior de la iglesia es un magnífico ejemplo de la tipología jesuítica configurada por Vignola en el Gesú de Roma y difundida por la Compañía de Jesús. Sobre esta estructura de origen italiano: iglesia de una sola nave, planta de
cruz latina,
capillas comunicadas entre los contrafuertes y crucero alineado poco acusado, sobre el que se eleva una gran
cúpula.