LUCENI

Habitantes: 1.090  Altitud: 250 m.  Gentilicio: Luceneros 
Hoy amanece en LUCENI a las 07:17 y anochece a las 20:50
Nº fotos: 3  Nº mensajes: 29 
Puedes completar o corregir la información publicada >>

Situación:

Luceni situado en la Ribera Alta del Ebro, a 38 Km. de Zaragoza.
Luceni por su situación geográfica, puede considerarse lugar privilegiado en cuanto a las comunicaciones tenemos muy buenos enlaces tanto por carretera como por ferrocarril: por carretera estamos a media hora de la Capital y a 40 Km. de Tudela (Navarra) y el servicio por ferrocarril es continuo, contando con una gran amplitud de horarios

Ayuntamiento:

Plaza del Ayuntamiento, nº 1
Tlf. 976-652003

Fiestas:

El 29 de Abril: San Pedro Mártir.

El 28 de Agosto: San Agustín.

Historia:

HISTORIA DE LUCENI ORIGEN
Data de la dominación romana. En el subsuelo de las ruinas del asiento primitivo del pueblo se han extraído monedas y medallas del emperador Antonio Pío (siglo II), evidenciándose también el paso de los visigodos por vestigios numismáticos de los reinados de Wamba y de Witiza (siglos VII y VIII). Fue reconquistado a los moros en el año 1.110 por Alfonso el Batallador.

SEÑORIO DE LA CASA DE LUNA
A principios del siglo XII pasó a convertirse en centro de uno de los más antiguos señoríos de la Casa de Luna, uno de cuyos representantes Don Lope Ferrench de Luna poseía Lucen ¡durante el reinado de Alfonso II de Aragón. Una hija de D. Lope se casó con el Ricohombre Guillén de Alcalá de quién se habla en el registro del rey D. Jaime I de 1.264 como de "Señor de Luceni" por haberlo recibido como doto su esposa. Siendo heredado por su hijo D. Lope Ferrench de Luceni, que se apellida como el abuelo materno y no como el padre por el origen del Señorío. A éste confirmó Alfonso 111 de Aragón por privilegio datado en Huesca a 13 de noviembre de 1.286 la posesión y señorío "de la villa y castillo de Luceni" para él y los suyos perpetuamente. Luceni estuvo en poder de su descendencia hasta mediados del siglo XIV en el que el señorío pasa a poder del Conde D. Lope de Luna, cómo éste era el jefe de la Casa de dónde procedía el señorío parece una restitución más que una venta, ya que la estirpe varonil de los señores de Luceni se afeminó, no quedando otro representante masculino que D. Lope Fernández de Luna, Arzobispo de Zaragoza muerto en 1.382.

SEÑORIO DE LA CORONA
A la muerte de D. Lope de Luna en 1.358 pasa el señorío a su hija Dª María de Luna, reina de Aragón por su matrimonio con Martín el Humano y cuando ésta muere pasa con todos los estados de la Casa de Luna a poder de D. Martín de Aragón, rey de Sicilia quien lo transferirá a su hijo natural D. Fabrique de Aragón quién por no acatar la Sentencia de Caspe de 1.412 verá todas sus posesiones confiscadas por Alfonso V. Luceni se incorpora pues, a la Corona, de la que volverá a salir en 1.432 cuando será vendido a D. Pedre Martín de Montello por 4.500 florines de oro y después a D. Gonzalo del Manzano quien vuelve a venderlo en 1.443 a D. Bartolomé de Reus señor de Luceni secretario del rey Alfonso V, el cual por su testamento en 1.473 fundó el Mayorazgo de Luceni y Boquiñeni.

LOS CONDES DE FUENCLARA
La última descendiente de los Reus, Dª Margarita de Reus, llevó en dote los señorios de Luceni y Boquiñeni, Maleján y Ribas, a comienzos del siglo XVII a su esposo D. Pedro de Agustín; y el último representante de la familia D. Pedro Gaspar, Señor de Luceni y demás pueblos pertenecientes a su ilustre casa se casó con Doña María Victoria Martínez de Marcilla. De este matrimonio fue hija única y heredera Doña Lorenza Agustín y Martínez de Marcilla. Quien se casó en 1678 con el cuarto Conde de Fuenclara y llevó como dote al matrimonio los citados señoríos. Formaba parte de esta herencia la Casa Palacio de Luceni de estilo renacentista, hoy actual Ayuntamiento donde nació el quinto Conde de Fuenclara, D. Pedro Cebrián y Agustín en 1.687. Personaje importantísimo en el reinado de Felipe V que fue Virrey de Nueva España.
Permanecerá el Señorío en poder de los Condes de Fuenclara hasta principios del siglo XIX época en la que se declararán abolidos este tipo de jurisdicciones. En 1.911 la empresa azucarera Ebro construyó una fábrica de azúcar en Luceni, esto supuso un aumento de población y una inyección económica tanto en el municipio como en la Economía familiar dedicada principalmente a la agricultura. En 1985 cerró sus puertas, trasladando a los trabajadores fijos a otras empresas de la compañía, lo que supuso un descenso importante de la demografía del municipio.

Turismo:

- La Iglesia de la Purificación de Nuestra Señora de Luceni del siglo XIII: alberga en su altar mayor un magnífico retablo dedicado a la "Presentación del Niño Jesús en el Templo".
Este retablo, de autor desconocido cosa normal en época aún medieval, es de alabastro policromado, su relieve es muy plano y de factura gótica data de la segunda mitad del siglo XV. Tiene dos partes bien diferenciadas. El banco o parte inferior y el retablo propiamente dicho.
En el banco encontramos dos clases de representaciones. La Piedad, en el centro y a ambos lados figuras de Santos; fácilmente identificables, San Andrés, San Pablo, San Pedro y San Bartolomé.
El cuerpo central está ocupado por la "Presentación del Niño en el Templo" bajo una decoración arquitectónica gótica de tres naves, y aparecen, además del Niño, San José y Ana, en un lado y Simeón y la Virgen al otro.
El remate está ocupado por dos escenas: Calvario y Anunciación; la primera, en el centro divide en dos a la segunda.
Se observa en todo el retablo la influencia de la escuela flamenca: la forma y colocación de los pliegues, las figuras con el manto muy echado sobre el rostro a las que parece que éste
Ha fijado en el suelo, manos alargadas y finas. Las "Vírgenes burguesas" de Van Eyck.
Recuerdan a la Virgen de Luceni en su estilo y escuela, cuya figura podría haber servido perfectamente para representar el de una mujer cualquiera de la clase media.
Las túnicas y bonetes presentan una clarísima identificación con los flamencos del siglo X'V. Hay un dato curioso, la perduración de los bonetes de la bolsa como algo típicamente judío Dado que San José y Simeón eso eran, se puede juzgar que el artista lo sabía y su obra fue consciente.