Descripción
Evidentemente, José Torán consiguió su propósito con la construcción de la Escalinta de
Teruel, «dotar a la ciudad de un acceso digno desde la citada
estación, así como poner de manifiesto elementos arquitectónicos y decorativos extraídos de la
tradición mudéjar local y del modernismo», hasta el punto de que constituye «uno de los
monumentos más emblemáticos de Teruel», a la vez que «obra clave del neo-mudéjar turolense».3
Se ubica perpendicularmente -entre la «Estación de Ferrocarril» (plano inferior) y le «
Paseo del Óvalo» (plano superior)-, salvando un desnivel de 26 metros. Estructuralmente, se consideran tres segmentos de obra bien diferenciados –acoplados entre sí por dos someras placetas-:
«La primera parte arranca desde la estación, atraviesa los Jardincillos de la Estación o de los Botánicos casi sin ascender y llega a una pequeña
plaza con un espacio verde central. La segunda parte está formada por siete tramos que llegan hasta una plaza-
mirador presidida por una gran
fuente y un relieve dedicado a los Amantes, realizado por Aniceto Marinas. Por último, la tercera parte se divide en dos
escaleras con desarrollo semicircular que rodean la plaza-mirador y que terminan en el Paseo del Óvalo, rematadas por dos
torreones».3
La Escalinata, Gobierno de
Aragón
En su
fábrica destacan los elementos típicos del mudéjar -el ladrillo de barro
cocido y la
piedra tallada-, así como las decoraciones
cerámicas coloreadas (de predominio verde y blanco) de gusto neo-mudéjar, culminadas en los estilizados torreones de la parte alta. Tampoco faltan las alusiones al modernismo de la ciudad, visibles «en los delicados diseños de forja de las farolas que jalonan el recorrido». «La Escalinata» constituye una «exaltación de la ciudad y su
historia», bien patente en el altorrelieve de Los Amantes de Teruel -situado en el frontispicio de la placeta principal, entre el
escudo de la ciudad y la fuente-: obra del
escultor segoviano Aniceto Marinas (1866-1953), y en los
escudos de las villas.