Vista, ALCAMPELL

Cuando en 1988 acompañé a la madre de mi esposa dña. Francisca estada ibars, que deseaba visitar alcampell (ella creia que por última vez), esta es la primera imagen que vi de esta población, y desde un primer momento me cautivó su sencillez, su luminosidad, lo puro de su admósfera, los espacios abiertos y el talante de sus habitantes. No me importaría quedarme a vivir en ella.