Recuerdo mi infancia en la placita, aunque ahora este cambiada. Era el lugar de juego de todas las niñas que nos reuniamos, tambien recuerdo la calle completamente empedrada y como aprovechabamos los dias de lluvia para jugar a las muñecas y lavar sus ropitas en aquellas piedras que parecian lavaderas. Ahora tengo 37 años y no vivo en el pueblo. ¡Ha llovido mucho desde entonces!