Pobre el señor.."Un Colombiano convertido."
Http://www.sectas.org/Secciones_Especiales/catocrisis/casodonbosco.htm.
Cuando la iglesia encubre a un violador:
El caso del padre Juan Manzo
Dr. Jorge Erdely
El teléfono sonó:
—¿Hablo al Departamento de Investigaciones Sobre Abusos Religiosos?
—Sí, ¿en qué le puedo servir? —respondió Eugenia.
La voz del otro lado de la línea continuó, cauta y un poco temblorosa.
—Quiero denunciar un caso muy delicado…El encargado de los dormitorios, el sacerdote, ha estado abusando sexualmente de varios internos…ya avisé a los superiores, pero sigue en su puesto.
Eugenia era en ese momento la voluntaria que cubría la línea telefónica de atención al público de la única organización de derechos humanos en México dedicada a dar asesoría legal gratuita a víctimas de abuso por parte de ministros o agrupaciones religiosas de cualquier creencia.
—¿Me puede dar algunos detalles? —volvió a preguntar Eugenia, quien durante la próxima media hora guió al denunciante a través de un detallado cuestionario.
El hielo se fue rompiendo.
Eugenia intuía un caso genuino. A cientos de kilómetros de allí, Alejandro García Castro, católico y psicólogo de la prestigiada escuela-orfanato "Ciudad del niño Don Bosco" en León, Guanajuato, comenzaba a sentir cierto alivio después de meses de luchas internas. Como católico, estaba reticente a comentar la situación con gente ajena a su institución y a la jerarquía de su iglesia; como profesionista, sabía que su obligación era proteger la integridad emocional de los niños de la escuela. En los últimos meses había atendido a cinco menores agredidos sexualmente por el padre Manzo en los dormitorios. Entonces aún pensaba que las autoridades de la escuela solucionarían el problema de inmediato.
Http://www.sectas.org/Secciones_Especiales/catocrisis/casodonbosco.htm.
Cuando la iglesia encubre a un violador:
El caso del padre Juan Manzo
Dr. Jorge Erdely
El teléfono sonó:
—¿Hablo al Departamento de Investigaciones Sobre Abusos Religiosos?
—Sí, ¿en qué le puedo servir? —respondió Eugenia.
La voz del otro lado de la línea continuó, cauta y un poco temblorosa.
—Quiero denunciar un caso muy delicado…El encargado de los dormitorios, el sacerdote, ha estado abusando sexualmente de varios internos…ya avisé a los superiores, pero sigue en su puesto.
Eugenia era en ese momento la voluntaria que cubría la línea telefónica de atención al público de la única organización de derechos humanos en México dedicada a dar asesoría legal gratuita a víctimas de abuso por parte de ministros o agrupaciones religiosas de cualquier creencia.
—¿Me puede dar algunos detalles? —volvió a preguntar Eugenia, quien durante la próxima media hora guió al denunciante a través de un detallado cuestionario.
El hielo se fue rompiendo.
Eugenia intuía un caso genuino. A cientos de kilómetros de allí, Alejandro García Castro, católico y psicólogo de la prestigiada escuela-orfanato "Ciudad del niño Don Bosco" en León, Guanajuato, comenzaba a sentir cierto alivio después de meses de luchas internas. Como católico, estaba reticente a comentar la situación con gente ajena a su institución y a la jerarquía de su iglesia; como profesionista, sabía que su obligación era proteger la integridad emocional de los niños de la escuela. En los últimos meses había atendido a cinco menores agredidos sexualmente por el padre Manzo en los dormitorios. Entonces aún pensaba que las autoridades de la escuela solucionarían el problema de inmediato.