El pasado sábado venía por la acera ojeando un periódico camino de mi casa. De repente me comí una señal de tráfico que avisaba a los conductores de la proximidad de un badén. ¿Se imaginan de quién me acordé?
Me dicen, "...la culpa es tuya por ir distraido por la calle", y digo yo, la culpa será del que ha plantado la señalita en medio justo de un acerado de menos de medio metro.
Desde entonces me fijo muy bien por dónde piso y me doy cuenta de que estoy en un pueblo en el que los responsables municipales o van siempre en coche o andan por en medio de la calle.
Me dicen, "...la culpa es tuya por ir distraido por la calle", y digo yo, la culpa será del que ha plantado la señalita en medio justo de un acerado de menos de medio metro.
Desde entonces me fijo muy bien por dónde piso y me doy cuenta de que estoy en un pueblo en el que los responsables municipales o van siempre en coche o andan por en medio de la calle.