Épocas tardorromana y visigoda. Tras el siglo III, la ciudad entra en crisis, produciéndose una transformación económica y la ruralización de la sociedad. La ciudad se contrae y algunas de las zonas ocupadas con la ampliación imperial se despueblan. La ciudad entra en un período de recesión urbanística, que se manifiesta en una reutilización de las estructuras existentes con leves modificaciones. Por esta razón y por la destrucción de sus huellas por obras posteriores, los datos arqueológicas son muy escasos y solo han podido detectarse indicios evidentes de ocupación en el área central de la
Carmona romano imperial, relacionados con el
foro, que se parcela, transforma y reutiliza posiblemente con fines privados, y el viario principal. En la oficina del
Monte,
calle Prim, existe un
mosaico polícromo fechable en el siglo III d. C.. Salvo estos datos,