Desde la
iglesia se pasa al
coro bajo, repleto de
retablos y lienzos. En los primeros,
Cristo atado a la
columna o la Divina Pastora, entre otros, mientras que de los segundos destaca una soledad ubicada próxima a la
puerta que da acceso al
claustro. Este se divide en dos plantas, la inferior con
arcos de medio punto que descansan sobre
columnas de mármol y la superior con arcos escarzanos, apoyados en pilares de padrillo con base octogonal. La galería está salpicada por retablos que acogen diversas advocaciones marianas.