¡Ay, cuanto ciempo hace!
Que salí del Andévalo,
Y todavía no paré,
Deje mi pueblo Alosno, ¡que muy bonito es!
Atrás cuantas cosas dejé,
A mi Virgen de Gracia,
Que al despedirme le rezé,
Esperaba pronto volver,
Pero llegué a Madrid, allí me enamoré,
Argüelles, San Bernardo o Moncloa tal vez,
Ante el Cristo la Victoria,
Ante él yo me casé,
Las Delicias, o él Carmén,
¿Y que vino despues? La Alcarria,
A ella yo llegué, con marido y nostálgia,
De lo que atrás yo dejé.
Ese pueblo de Alosno, ¿cuando lo volveré a ver?
Llegué a Guadalajara, que muy diferente es,
Al principio, muy duro fué,
Lágrimas que se derraman, y Manolo ¿Que te pasa mujer?
Yo recordaba Alosno, esos veranos secos,
La trilla, o el camino de San Bartolomé.
Ahora, ante mí la Alcarria, campos frios, y solitarios,
El álamo, sin hojas él, se mueve con el viento,
El que hace bailar al ciprés.
Yo de terreno llano, a tus cuestas emigré,
¡Guadalajara!, tengo que aprender a querer,
Pues tu no me llamastes, a buscarte el destino fué.
Ante mí la Campiña de Hénares,
Que con el Andévalo, nada tiene que ver.
Submeseta Castellana, El Jalón, o Rio Tajo,
Ni es El Tinto, ni El Odiel, ¡Pero que le voy hacer.
El destino me ha traido, en manos estoy de él,
Pues Dios lo ha quérido, estoy en el Valle del Ebro,
Puente del Hénares, que bonito es,
Pues aquí nacieron mis chávales,
De andalúza y madrileño, y ellos son alcarreños,
Una niña Rocío, que bonito nombre tiene,
En honor a las marismas, donde dejé mis quereles.
Capilla de San Gil, tu nombre que bien me suena,
Pues me parece que estoy, en la misma Macarena,
Capilla de Luis Lucena, orgullo de Guadalajara,
Donde ya no siento penas.
Pero yo quisiera verte y como no puedo volar,
Subiré al Torreón de Alamín,
Y hacia el sur voy a mirar,
Veré tu resplandor Alosno,
Donde pienso retornár,
Y a mi Virgén de Gracia, yo le podré rezar,
Despues de tanto tiempo,
¡estará preocupa! por esa niña alosnera,
¡Que es una mujer ya!
Fermina ilusión puse, ¡no doy mas de sí!
El Poeta.
Que salí del Andévalo,
Y todavía no paré,
Deje mi pueblo Alosno, ¡que muy bonito es!
Atrás cuantas cosas dejé,
A mi Virgen de Gracia,
Que al despedirme le rezé,
Esperaba pronto volver,
Pero llegué a Madrid, allí me enamoré,
Argüelles, San Bernardo o Moncloa tal vez,
Ante el Cristo la Victoria,
Ante él yo me casé,
Las Delicias, o él Carmén,
¿Y que vino despues? La Alcarria,
A ella yo llegué, con marido y nostálgia,
De lo que atrás yo dejé.
Ese pueblo de Alosno, ¿cuando lo volveré a ver?
Llegué a Guadalajara, que muy diferente es,
Al principio, muy duro fué,
Lágrimas que se derraman, y Manolo ¿Que te pasa mujer?
Yo recordaba Alosno, esos veranos secos,
La trilla, o el camino de San Bartolomé.
Ahora, ante mí la Alcarria, campos frios, y solitarios,
El álamo, sin hojas él, se mueve con el viento,
El que hace bailar al ciprés.
Yo de terreno llano, a tus cuestas emigré,
¡Guadalajara!, tengo que aprender a querer,
Pues tu no me llamastes, a buscarte el destino fué.
Ante mí la Campiña de Hénares,
Que con el Andévalo, nada tiene que ver.
Submeseta Castellana, El Jalón, o Rio Tajo,
Ni es El Tinto, ni El Odiel, ¡Pero que le voy hacer.
El destino me ha traido, en manos estoy de él,
Pues Dios lo ha quérido, estoy en el Valle del Ebro,
Puente del Hénares, que bonito es,
Pues aquí nacieron mis chávales,
De andalúza y madrileño, y ellos son alcarreños,
Una niña Rocío, que bonito nombre tiene,
En honor a las marismas, donde dejé mis quereles.
Capilla de San Gil, tu nombre que bien me suena,
Pues me parece que estoy, en la misma Macarena,
Capilla de Luis Lucena, orgullo de Guadalajara,
Donde ya no siento penas.
Pero yo quisiera verte y como no puedo volar,
Subiré al Torreón de Alamín,
Y hacia el sur voy a mirar,
Veré tu resplandor Alosno,
Donde pienso retornár,
Y a mi Virgén de Gracia, yo le podré rezar,
Despues de tanto tiempo,
¡estará preocupa! por esa niña alosnera,
¡Que es una mujer ya!
Fermina ilusión puse, ¡no doy mas de sí!
El Poeta.