Edificio en avenida de la Rosaleda nº 3, MALAGA

Edificio atribuido al arquitecto municipal DANIEL RUBIO SANCHEZ.
Daniel Rubio Sánchez fue un arquitecto español, activo durante las primeras décadas de siglo XX. Ocupó el cargo de arquitecto municipal en Albacete entre los años 1910 y 1919. En esta ciudad construyó el Gran Hotel, el Teatro Ideal, el kiosco del centro del Ferial y numerosas villas en el Parque de Canalejas.
En la ciudad de Málaga construyó el Mercado de Salamanca, Villa Fernanda y el edificio de viviendas de calle Sagata 5, entre otros. En Antequera construyó la sede de la Caja de Ahorros de Antequera. Casi todas sus obras son de estilo historicista y regionalista.
Edificio entre medianeras que se organiza en bajo y cuatro plantas con cinco ejes de balcones. Destaca en el edificio el impulso vertical conseguido por la supresión de impostas marcando las plantas y por el propio valor plástico del ladrillo que articula la composición en calles; a esto se une el resalte central de la Torre cuadrada con sus correspondientes aleros.
La planta baja se encuentra alterada por instalaciones comerciales pero conserva el zócalo, remates de pináculos en los extremos y enmarque sogueado a modo de alfiz que abarca el triple hueco adintelado que flanquea la portada centrada con arco de medio punto; ésta aparece recorrida por una banda sogueada y con clave resaltada.
El primer piso presenta una balaustrada corrida, que abarca los cinco huecos, apoyada en escuadras, con zonas macizas a modo de pequeñas pilastras y paños de ladrillo formando rombos y cuadrados.
Los balcones son adintelados en todos los pisos excepto en el último que son de mitra; el dintel se decora con ladrillos verticales o esquinados. Excepto el balcón central que presenta rejería de perfil curvo en los pisos segundo, tercero y cuarto, los restantes son de perfil recto repitiendo el mismo modelo curvilíneo y floral.
Verticalmente el paramento entre huecos aparece recorrido sin interrupción por bandas de ladrillo horizontal y en esquinilla. Mientras los ejes laterales se rematan con alfices de mosaico, alero sostenido por canecillos sobre el que se erigen tres almendrillas escalonadas de perfil cúbico a cada lado, el cuerpo central (que abarca tres ejes) se resalta por la decoración y altura; destaca la mayor importancia de los alfices con mosaicos coloreados y estrellas de ocho puntas, así como el alero sostenido por canecillos sobre el que se levanta el cuerpo cúbico con arquería sostenida por columnillas que se corona con otro alero con sus correspondientes canes.
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Consta de cinco plantas dividida en tres calles, de la cual la central es de mayor altura que las dos laterales. El edificio está rematado por una amplia cornisa y almenillas de influencia oriental; la parte central culmina en una torrecilla cuadrada de dos cuerpos con doble tejaroz.
La estructura de los balcones, separados por bandas verticales de ladrillo, se diferencia según las plantas. La última de ellas presenta vanos con arcos mitrados y decoración de alicatados formando lazos y estrellas octogonales.
Dentro de su eclecticismo, elementos como los arcos mitrados, el uso del ladrillo aplantillado y de la azulejería policroma, permiten relacionar este edificio con el realizado por Daniel Rubio Sánchez en la calle de Sagasta. Las almencillas escalonadas de procedencia califal que rematan la fachada o los aleros muy volados se decantan por un neomudéjar no exentos de matices orientales, mientras que el diseño curvilíneo de las rejas lo acercan al modernismo. Entre los aspectos a destacar debe mencionarse que en la fachada se ha prescindido de la estratificación por plantas para optar por una concepción unitaria de la misma en la que precisamente se ha enfatizado mediante el color su parte superior.
(10 de Febrero de 2018)