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Situación:
Municipio situado en la parte oriental de la comarca de La Loma y Las Villas. Cuenta con dos zonas orográficas bien diferenciadas: por un lado, la zona de campiña, de pendientes suaves y terrenos alomados, y por otro la de sierra, la Sierra de Las Villas, que ya forma parte del conjunto orográfico de la Sierra de Cazorla. Varios ríos conforman la red hidrográfica de la zona: el Guadalquivir, que separa la zona de campiña de la de sierra; el Guadalimar, que forma límite natural del término con la zona del Condado; y el Aguascebas Grande y el Aguascebas Chico como afluentes importantes. Gran parte del término está dedicado al cultivo del olivar, siendo uno de los mayores municipios productores de la provincia, lo que da lugar a una importante industria derivada de este cultivo. También existen áreas aisladas de monte bajo y matorral, y el olivar deja paso a las coníferas, que alcanzan gran extensión y suponen una importante riqueza maderera y de pastos. Otras actividades que cabe mencionar son la industria maderera, la de construcción, mecánicas, etc.
Ayuntamiento:
Posee la fábrica de aceites con mayor molturación de aceite de oliva del mundo y es el primer municipio productor de aceite de oliva del mundo con aproximadamente 125 millones de kilos de aceituna hace dos campañas, aunque lo cierto es que parece que a algunas autoridades no les interesa este dato, por ser el pueblo de Martos tradicionalmente el que obstentaba este título.
Monumentos:
Iglesia de la Asunción, del siglo 16, Monumento Nacional desde el año 1931. Cuenta con numerosos reconocimientos nacionales más de importancia. Según Andrés de Vandelvira, era su obra predilecta, más allá incluso de las Catedrales de Baeza y Jaén. Es el monumento más interesante objetivamente hablando de Villacarrillo.Posee adémás un museo parroquial y es la salida de refugios, hoy parcialmente abiertos, de la Guerra civil española. La iglesia de Santa Isabel de los Ángeles(hospital). Casa de la inquisición. Palacio del Cardenal Benavides. Casas solariegas varias y calles de interés por su conjunto arquitectónico: C de la feria, plaza de España, calle del ministro y del cardenal Benavides, ruedos de la iglesia. Iglesia de San Francisco de Asís, sólo merece la pena reseñar de esta moderna iglesia la curiosidad de que tiene una donación de un Sagrario, obra de Mariano Benlliure. Sierra de las villas, un auténtico "monumento natural". Ayuntamiento, edificio del neoclasicismo
Fiestas:
SEMANA SANTA: La Semana Santa de Villacarrillo se celebra desde el siglo XVI y destaca por la solemnidad de sus pasos y por los cantes de pasión y saetas que se les cantan. La cofradía más antigua data del siglo XV; si bien, la fundación de la mayoría se produjo durante el siglo XVI y la que goza de una mayor fama es la conocida por "el paso" que procesiona durante la madrugada del Viernes Santo. CARNAVAL: Presenta la particularidad de celebrarse el Sábado anterior al Domingo de piñata. No es de especial importancia. FESTIVIDAD DE SAN ISIDRO: La imagen de san Isidro se procesiona el día 15 de Mayo desde la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, una de las mejores obras de Andrés de Vandelvira, hasta la cooperativa Nuestra Señora del Rosario donde se celebra una eucaristía en honor al patrón de los agricultores al que acompañan jinetes ataviados con trajes típicos y carrozas bellamente decoradas. Tras los actos litúrgicos, los participantes tienen una comida de hermandad. FIESTAS PATRONALES EN HONOR AL SANTÍSIMO CRISTO DE LA VERA CRUZ Y NUESTRA SEÑORA VIRGEN DEL ROSARIO: El origen de esta celebración se remonta a la feria comercial y ganadera que, en la Edad Media, servía para que los ciudadanos intercambiaran productos siendo Fernando VII quien les confiere carácter oficial de fiestas patronales. Los encierros, que datan del siglo XVII, las becerradas y las corridas de toros son prueba de la intensa actividad taurina que se desarrolla en estos festejos que se prolongan durante nueve días de la segunda y tercera semana del mes de Septiembre. FESTIVIDAD DE SAN ANTÓN (16/01 AL 16/01): Durante la víspera de la festividad del santo, se encienden numerosas lumbres en torno a las que se reúnen los campiñeses para pasar una velada festiva. Esta tradición se remonta al siglo XVIII. CRUCES DE MAYO (3/05 AL 3/05): Desde 1419, se celebra la festividad de la Santa Cruz, en honor al Cristo de la Vera Cruz, el día 3 de Mayo levantando ornamentadas cruces en las plazoletas y barrios de la localidad. CORPUS CHRISTI La celebración del Corpus Christi destaca en Villacarrillo por la Custodia gótica en plata dorada en la que, sobre un precioso trono coronado por un artístico templete, desde el siglo XVII se procesiona el Cuerpo de Cristo y por ser, junto a Jaén, el único lugar de la provincia que posee privilegio para celebrar esta festividad por la tarde. Es, objetivamente hablando, una de las fiestas más interesantes de Villacarrillo, que le da fama incluso a nivel mundial. FESTIVIDAD DE LA VIRGEN DEL ROSARIO (7/10 AL 7/10): Desde finales del siglo XIX, se celebra esta fiesta religiosa que consiste en procesionar la imagen de la patrona por las calles de la localidad.
Costumbres:
Historia:
El Tesoro de Mogón, repleto de monedas romanas y joyas de plata; la pátera de plata con la cabeza de Medusa del siglo II a C; la estatua del dios Mercurio, en bronce dorado; la Esfinge alada, de origen fenicio; o el mosaico romano de Teatino; todos ellos hallados en los alrededores de Villacarrillo son muestra del alto grado que alcanzaron los asentamientos íberos y romanos en esta población. Villacarrillo tiene su origen en época musulmana como fortaleza que defendía a Iznatoraf. Tras la conquista de ésta por las tropas de Fernando III el Santo en 1226, se inicia la evolución de esta aldea a villa. Conocida en un primer momento como Torre de Mingo Priego, el rey la donó al Adelantamiento de Cazorla, del que dependió jurídicamente, aunque en lo eclesiástico perteneció al Obispado de Jaén. En 1449 el Arzobispo de Toledo, Alonso Carrillo, señor de la villa como Adelantado de Cazorla, la segregó de Iznatoraf y le añadió su apellido. Un año más tarde Juan II de Castilla le otorgó la categoría de villa independiente, privilegio que fue vuelto a confirmar por los Reyes Católicos el 26 de enero de 1498. Durante los siglos XVI, XVII y XVIII se produjo la consolidación y expansión de su población, que se traduce en su actual casco urbano en calles de trazado regular y grandes casas solariegas. Durante el siglo XIX y principios del XX gozó de un importante auge, como reflejan las edificaciones historicistas y modernistas que salpican sus calles. Por Real Decreto de 8 de mayo de 1877, el rey Alfonso XII le otorgó el título de ciudad. Los asentamientos íberos y romanos en esta población alcanzaron un alto grado tal y como demuestran los objetos encontrados, tales como el Tesoro de Mogón, repleto de monedas romanas y joyas de plata; la pátera de plata con la cabeza de Medusa del siglo II a C; la estatua del dios Mercurio, en bronce dorado; la Esfinge alada, de origen fenicio; o el mosaico romano de Teatino Villacarrillo tiene su origen en época musulmana como fortaleza que defendía a Iznatoraf. Tras la conquista de ésta por las tropas de Fernando III el Santo en 1226, se inicia la evolución de esta aldea a villa. Conocida en un primer momento como Torre de Mingo Priego, el rey la donó al Adelantamiento de Cazorla, del que dependió jurídicamente, aunque en lo eclesiástico perteneció al Obispado de Jaén. En 1449 el Arzobispo de Toledo, Alonso Carrillo, señor de la villa como Adelantado de Cazorla, la segregó de Iznatoraf y le añadió su apellido. Un año más tarde Juan II de Castilla le otorgó la categoría de villa independiente, privilegio que fue vuelto a confirmar por los Reyes Católicos el 26 de enero de 1498. Durante los siglos XVI, XVII y XVIII se produjo la consolidación y expansión de su población, que se traduce en su actual casco urbano en calles de trazado regular y grandes casas solariegas. Durante el siglo XIX y principios del XX gozó de un importante auge, como reflejan las edificaciones historicistas y modernistas que salpican sus calles. Por Real Decreto de 8 de mayo de 1877, el rey Alfonso XII le otorgó el título de ciudad. Los primeros datos que conocemos sobre los orígenes de la ciudad de Villacarrillo se remontan a la época árabe: un viejo torreón, o castillo de carácter militar, que servía de vigía y defensa a la ciudad de Iznatoraf; estaba situado en el lugar que hoy ocupa el templo parroquial de nuestra Señora de la Asunción. Antes de llegar los cristianos a estas tierras, en los periodos almorávide y almohade, en los valles de Guadalquivir y Segura se construyó un sistema defensivo ante el posible acoso cristiano sobre la zona. Posteriormente, con la dominación cristiana, a principios del siglo XIII y a lo largo del siglo XIV, estas fortalezas se refuerzan para repeler los contraataques musulmanes, creando, ante la amenaza del reino granadino, un cinturón defensivo a lo largo de la frontera (Banda Morisca). Así lo cuenta Ramón Rubiales García del Valle en la revista Amigos de la Historia de Villacarrillo, año 2.002, núm. 1, donde hace referencia a las siguientes publicaciones: “Arquitectura militar en la Sierra de Segura” de Rodolfo Caparrós Lorenzo; “Las fortificaciones medievales en Andalucía Occidental: un legado a conservar” de Juan C. Rodríguez Estévez (Universidad de Sevilla) El insigne cronista Villacarrillense, Julio Rubiales Campos, se refiere a estos vestigios de origen árabe, con su pluma fácil, en los siguientes términos: "De aquel castillo, avanzadilla de Iznatoraf y primera piedra de nuestro Villacarrillo, escasos restos quedan ya, y los que aún subsisten están integrados en la fábrica del templo parroquial de la Asunción"; posteriormente hace referencia a un escrito de D. Tomás Román Pulido que dice así: "el enterramiento de los moros del Castillo y Arrabal, parece ser que estuvo en lo alto de lo que hoy se conoce con el nombre de la calle de las Minas, y lugar que ocupan los tejares en donde fue hallada la lápida rara y tal vez única, la cual contiene inscripciones en lengua árabe, de suma importancia para la historia, y que traducida dice: 1. En el nombre de Dios Clemente y misericordioso. 2. Este es el sepulcro de Bu Haviya Ben Mohamad. 3. Bu Musali Ben Ajived Ben Saad. 4. De la gente del comercio murió en el día. 5. Segundo (martes) veinte de la luna nueva, del 6. Mes ramadán a cuatro días de este mes del 7. Año ocho y veinte y tres cientos (328 de la Hégira) 8. Compadézcase Dios de él y tenga de él misericordia, no hay Dios sino 9. Al-lah". Por la inscripción de la citada lápida, sabemos que en el año 328 de la Hégira (calendario árabe que comienza a contarse desde la puesta de sol del día 15 de julio del año 622, día de la huida <hégira> de Mahoma de la Meca), equivalente, de forma aproximada, al año 940 de nuestra era, había un asentamiento árabe en Villacarrillo, lo que significa que con anterioridad, en no sabemos cuantos años, también existía. Como recordatorio, anotamos las fórmulas para convertir los años del Calendario Gregoriano al Calendario Árabe y viceversa, teniendo en cuenta que se hace de forma aproximada, pues a diferencia del Cristiano, el árabe se compone de años lunares de 354 días, intercalando 11 años de 355 días cada periodo de 30, por lo que para una localización exacta, hay tablas especiales. Las fórmulas son: - Año Árabe = Año Cristiano - 622 + (Año Cristiano: 32) - Año Cristiano = Año Árabe - (Año Árabe: 33) + 622 El descubrimiento de la lápida delata la "existía un núcleo de población formado por los familiares de los miembros de su guarnición y por estos mismos, el cual estaba ubicado en la zona que ocupan las calles del casco viejo... En lugar inmediato a aquel en que se encontró el enterramiento visigodo (ver el capítulo anterior sobre visigodos), fue hallada la lápida..." de origen árabe y que hemos descrito anteriormente. "... Que la pequeña localidad del siglo XV rodeaba la fortaleza..., fueran del siglo X de la Era Cristiana, lugar en que pudiera haber indicación ocupadora de cierta relevancia, como es que el muerto de la lápida fuera "gente del comercio" que suponía igualmente la existencia de compradores en número bastante para la vida del establecimiento del que era titular el fallecido, y que tal comerciante, cuyos familiares pudieron dedicarle este recuerdo, no podía en modo alguno ser un simple vendedor ambulante" (Ref. Eufrasio Garvín, en el Programa de Fiestas de 1992). Esta opinión, que comparto, viene a confirmar mi hipótesis de la existencia de "Villacarrillenses", en mayor o menor núcleo de población, de épocas árabes, visigodas y romanas, y, deduciendo con la más simple lógica, de generaciones anteriores, pues los asentamientos humanos se han ido superponiendo en el mismo lugar desde la prehistoria, y, aunque se carezca, por ahora, de pruebas como las que tenemos de romanos, visigodos y árabes, cuando exista conciencia ciudadana sobre nuestro pasado histórico, como patrimonio cultural, y se investigue sobre el mínimo hallazgo que se pueda encontrar en cualquier lugar de nuestro entorno, obras, públicas o privadas, etc., iremos conociendo el más lejano origen de nuestra ciudad. Del periodo musulmán de Villacarrillo (712 a 1.226 aproximadamente) son muy escasos los testimonios conocidos. La famosa Lápida Árabe encontrada por encima del Cerro del Águila, que data del año 940, es lo más antiguo que se conoce en el casco de la Ciudad. Otros vestigios son los restos de arquitectura árabe que aparecieron al demoler una antigua casa de la Tercia, localizados en la pared sur de la misma y que se pudieron contemplar hasta 1.914 (Ref. Fernando Mora Régil, en la revista Amigos de la Historia de Villacarrillo, año 2.003, número 2) En el X Congreso Nacional de Numismática, celebrado en Albacete en 1.998, Sebastián Corzo Pérez hace referencia al Tesorillo Hispano Musulmán, hallado en Villacarrillo, “compuesto de 38 monedas de plata, de las que 25 son dirhemes completos y el resto fragmentos de la misma moneda, 19 cuentas de collar o pulsera confeccionadas de filigrana en hilo de plata, 67 aljófares (perlas irregulares y pequeñas), numerosas cuentas de pasta vítrea y otras en menos cantidad de cristal de roca, una estrella de seis puntas también de filigrana, y un anillo de plata. Todo el conjunto estaba enterrado dentro de una jarrita de pequeñas dimensiones, entre 10 y 15 centímetros de diámetro, rematada por un pie plano, sin decoración alguna ni señal de asa”. De las monedas, 33 fueron acuñadas bajo el mandato de Man ben Sumadyh (1.042 – 1.052) de la cora de Almería; su peso oscila entre 1’3 y 6’7 gramos; las otras 5 monedas pertenecen a la cora de Granada, acuñadas bajo el mandato de Badis ben Habbus (1.038 – 1.073), variando su peso entre 0’97 y 6’5 gramos. Se debieron esconder entre los años 1.052 y 1.060 (Ref. Fernando Mora Régil, en la revista Amigos de la Historia de Villacarrillo, año 2.003, número 2) Pero el castillo y su Arrabal, que fueron la base principal para el asentamiento de la actual ciudad de Villacarrillo, tenían, como hemos visto, su afianzamiento pleno en la sociedad árabe de Iznatoraf, que dominaba lugares como éste o el castillo de Villanueva. "Para mi ilustre paisano (Tomás Román Pulido) existen indicios muy racionales de que en la actual Villanueva del Arzobispo, lugar de recreo y expansión de los moradores de Iznatoraf, se instalaron los ceramistas árabes y que de sus alfares salieron innumerables ejemplares (platos, fruteros, etc.) hechos con gran perfección. La característica propia de esta fábrica de cerámica era la de dotar a las piezas de reflejos dorados y azules y con forma propia...; apoya su interesante hipótesis en el estudio y descripción de un jarrón árabe que se encontró como a metro y medio de profundidad del suelo (año 1890), en el paraje denominado "Olla del Pedregal" del término de Villacarrillo y a dos kilómetros de distancia de esta población". (Ref. Julio Rubiales en las IV Jornadas Histórico Artísticas) En la misma ponencia, Rubiales Campos dice lo siguiente: "El historiador D. Alfredo Opisso, en su "Instituciones de la España árabe" y respecto a la minería, dice: "Los árabes explotaron muchas minas de oro, plata y otros metales en diversos puntos, y no es raro encontrar muchas por ellos laboreadas y abandonadas consecutivamente". En efecto, uno de esos puntos señalados por Opisso se encuentra en la Sierra Argentaria o montes de plata, la hoy mancomunada Sierra de las Cuatro Villas, en la que con la autoridad de la certeza incluso visual, se haya una laboreada y abandonada explotación minera árabe. El lugar exacto, según el tantas veces aludido Román Pulido, se encuentra situado en Jabalcaballo. La explotación era de carbón piedra y, en sus arruinadas galerías, se hallaron monedas árabes y varios instrumentos de hierro normalmente utilizados por ellos en tales menesteres". "Del estado político, social y económico de la villa árabe de Iznatoraf y su territorio de influencia, hagamos notar, porque muchos cronistas lo aseguran, la importancia del castillo y fortalezas situado como avanzada en la cota más elevada de la loma ubetense para custodia y salvaguardia del camino que comunicaba los reinos moros de Granada y Denia. Castillo y fortaleza que por su magnitud mereció el calificativo de imponente, tan imponente -pensamos- como el actual templo parroquial de la Asunción, cimentado por el genial Vandelvira en los muros del castillo como aún hoy día puede apreciarse. Efectivamente, al observador perspicaz no le pasará inadvertido que la mitad de la pared norte del templo, con piedra de distinta pátina al resto de la pared, fue bastión o baluarte de la indicada fortaleza árabe; que, por su frente, la fachada principal con orientación al mediodía está encajada entre dos torreones cuadrados de bella y elegante constitución, en uno de los cuales, suplido hasta los 56 metros de la cúpula, el maestro de cantería Andrés de Vandelvira diseñó torre y campanario; que, por el ala sur se conservaba tres torreones ya desaparecidos: dos de ellos en 1911, para la construcción de unas Escuelas Graduadas modelo, y, en 1938, destruido el que, aunque oculto, aún quedaba intacto al hacer una remodelación de las citadas Graduadas; que, en los amplios y generosos muros de la sacristía del castillo adquiría proporciones colosales; y que, bajo el suelo de la nave central del templo, aún se conserva el espacioso y bien construido aljibe de la imponente fortaleza". Otros datos de interés sobre el paso de los árabes por esta comarca los resumimos a continuación: * Nombres de lugares que conservan su origen árabe como: Mostazar, Caleruela, Jabal-Caballo, Almocadén, Allozar. Collado de los Almagreros... * En Jabal-Caballo se encuentran monedas y herramientas árabes para la explotación de la mina de carbón. * Una crónica del moro Mohamad dice:... Y la otra Mateya (actual término de Santo Tomé) que yace sobre buenas vegas... * El aljibe de la Iglesia de la Asunción de Villacarrillo procede de la fortaleza árabe; servía para recoger las aguas procedentes de las lluvias. * En el siglo XIII, se construye un torreón-fortaleza por orden de Alí-Menónm, alrededor del cual creció la ciudad de Villacarrillo. * La existencia de un arrabal árabe en las proximidades del castillo "villacarrillense", con una vida social y económica propia, al comprobarse por la lápida mortuoria encontrada en la necrópolis, perteneciente a un comerciante del lugar. Antes de pasar a la época de dominación cristiana, vamos a referenciar los datos que Pedro Rivas Soria expone en las "Ponencias del Congreso Provincial de Cronistas", cuando dice: "todas ellas, junto a Iznatoraf, constituyen la comarca de las Cuatro Villas, que tienen un vínculo religioso común: la Virgen de la Fuensanta. El origen de esta devoción está en el lejano año 964, y, según nos cuenta el licenciado Alonso Escudero de la Torre, "Alí Menón, hermano de Albohacén y rey de Iznatoraf, informado de que su mujer se instruía en la Ley de los Cristianos, mandó le cortasen las manos y le sacasen los ojos, en un monte a media legua de Iznatoraf. Así lo ejecutaron los ministros de su rigor, dejándola desamparada en aquel sitio. Acordándose de la imagen de María Santísima de los cristianos, que los mozárabes veneraban en Iznatoraf, por su intercesión, pidió a Dios sus auxilios divinos. Estando en fervorosa oración y fatigada de sed por la falta de sangre, se acercó a una fuente que cerca de sí sentía correr y tocando el agua con uno de los muñones, lo halló milagrosamente restablecido. Con la mayor fe aplicó el otro, de donde sacó duplicado el milagro, dando las debidas gracias a Dios por su bendición. Invocando a María Santísima pidió el de la vista que, en efecto, consiguió lavándosela con el agua de la fuente y ofreciendo a Dios con acervo llanto el fruto de sus ojos y lo primero que vio cerca de sí fue a María Santísima envuelta en todas aquellas gracias que le hacen el mayor primor"... El primer documento que se posee sobre el culto a esta imagen es del siglo X. El obispo e historiador de origen lombardo Luitprando (922-972), en su obra "Antopodosis" dice textualmente: "célebres son por las Españas muchas imágenes consagradas a la Bienaventurada Virgen Santa María, como son las de Tíscar, Iznatoraf y otras...". Tras esto y la conversión de Alí-Menón al cristianismo, se levantó una ermita en este lugar siendo a la vez fortaleza con cuatro torreones de los que se conservan dos (santuario de nuestra Señora de la Fuensanta en Villanueva del Arzobispo)"
Turismo:
Sierra de las villas.