HOY VUELVO DE NUEVO AL SUR
Que a punto resucita aquella iglesia
Levantándose al compás de sus campanas,
Cascada musicales de Domingos
Tocando a misa en las mañanas.
Hoy vuelvo de nuevo al Sur
Para sembrar la aurora de azucenas,
Donde las rosas se disputan la luz
Allí donde ví la luz primera.
He dejado por fin el gesto amargo
De saber que vivo lejos de esa tierra,
Donde aprendí el dulzor de áquel beso primero
Ante el pecho de mi madre en primavera.
Ahora que ya sólo puedo jugar
Al juego de contar estrellas,
No hay nada mejor que mirar al cielo
Y saber que todo lo andado mereció la pena.
¿Quién cuando ya nada valga
Me acompañara sin miedo en mi regreso
Y soñara conmigo en la distancia
Recordando amaneceres consumidos
Teniendo que palparme para saber que sigo
Donde mi piel dejó su primera huella?
Cualquier pretexto es bueno para volver
Y oir los cantos de los mirlos
Y amanecer de nuevo en el Sur,
A un lado los olivarcitos blancos
Y al otro lado, los campos quemados por el sol.
Hoy sólo me queda el recuerdo,
Por eso vuelvo a soñarla,
Mi tierra de surcos rasgados
Por la lengua de una azada.
Mi ayer quiero que sea hoy
Aunque ya no valga nada,
El mañana queda lejos
Para mis ancianas canas.
Tengo encalladas las manos
Y arrugas en las entrañas,
Silencio y brisas de vientos
Con lágrimas de nostalgia.
Todo un llanto sofocado
Como triste pájaro sin alass
Que soñaba ilusiones
En aquellas noches blancas
Con fragancias a romero
Y a flores entre hojarascas.
Hoy son otros tiempos
Pero quiero recordarla,
El perfume de unos aires
Ventean en la mañana
Con un azul cielo raso
Cuando la paz busca su estancia,
Voy soñando ilusiones
Con lágrimas de nostalgia
Y dirijo mis viejos pasos
Cuando los rayos rompen el alba.
Pero sigo caminando
Muy atenta la mirada,
Despacito, paso a paso,
Con ojos llenos de lágrimas
Hoy vuelvo de nuevo al Sur
Querencias tengo en mi alma,
Atrás quedaron mis sueños
Que el corazón siempre manda.
Que a punto resucita aquella iglesia
Levantándose al compás de sus campanas,
Cascada musicales de Domingos
Tocando a misa en las mañanas.
Hoy vuelvo de nuevo al Sur
Para sembrar la aurora de azucenas,
Donde las rosas se disputan la luz
Allí donde ví la luz primera.
He dejado por fin el gesto amargo
De saber que vivo lejos de esa tierra,
Donde aprendí el dulzor de áquel beso primero
Ante el pecho de mi madre en primavera.
Ahora que ya sólo puedo jugar
Al juego de contar estrellas,
No hay nada mejor que mirar al cielo
Y saber que todo lo andado mereció la pena.
¿Quién cuando ya nada valga
Me acompañara sin miedo en mi regreso
Y soñara conmigo en la distancia
Recordando amaneceres consumidos
Teniendo que palparme para saber que sigo
Donde mi piel dejó su primera huella?
Cualquier pretexto es bueno para volver
Y oir los cantos de los mirlos
Y amanecer de nuevo en el Sur,
A un lado los olivarcitos blancos
Y al otro lado, los campos quemados por el sol.
Hoy sólo me queda el recuerdo,
Por eso vuelvo a soñarla,
Mi tierra de surcos rasgados
Por la lengua de una azada.
Mi ayer quiero que sea hoy
Aunque ya no valga nada,
El mañana queda lejos
Para mis ancianas canas.
Tengo encalladas las manos
Y arrugas en las entrañas,
Silencio y brisas de vientos
Con lágrimas de nostalgia.
Todo un llanto sofocado
Como triste pájaro sin alass
Que soñaba ilusiones
En aquellas noches blancas
Con fragancias a romero
Y a flores entre hojarascas.
Hoy son otros tiempos
Pero quiero recordarla,
El perfume de unos aires
Ventean en la mañana
Con un azul cielo raso
Cuando la paz busca su estancia,
Voy soñando ilusiones
Con lágrimas de nostalgia
Y dirijo mis viejos pasos
Cuando los rayos rompen el alba.
Pero sigo caminando
Muy atenta la mirada,
Despacito, paso a paso,
Con ojos llenos de lágrimas
Hoy vuelvo de nuevo al Sur
Querencias tengo en mi alma,
Atrás quedaron mis sueños
Que el corazón siempre manda.