MUERTE DULCE EN TRANSCURSO DE LA ROMERÍA DE LA ESTRELLA DE NAVAS DE SAN JUAN
Transcurridas ya las más de cuarenta y ocho horas que serían preceptivas para analizar la situación y contarla desde la neutralidad que nos habría de servir para recuperar organismos ajetreados, así como para valorar los distintos infortunios acaecidos en la reciente romería. Infortunios que desgraciadamente azotaron al entorno social de Navas de San Juan en su tradicional Romería de la Virgen de la Estrella del 1 al 3 de mayo de 2008, por cuyo motivo expongo algunos de los múltiples hechos que se vivieran entre veneración, algarabías y turbulencias festivas”. Y aunque el buen tiempo fuera la nota predominante y forzara al tumulto y al colapso en recintos propios y ajenos de los extrarradios, el peregrinaje no transcurriría con la normalidad que caracteriza a la tradicional fiesta de la Romería de la Estrella. Este año ha sido más nefasto en la veneración y se ha saldado con pérdidas de vidas humanas, así como con agresiones físicas injustificadas... En distintos corrillos, además, se dejaba notar malestar en semblante de distintos participantes/as que argumentaban e incluso tachaban de dejadez, irresponsabilidad y carencia de dotes organizativas a los propios responsables de organización de la hermandad y de la cofradía.
En similares manifestaciones podía escucharse, en ocasiones fuera de tono, que la causa del mal que a ellos adolecía se debía a una injustificada bajada de celo guardián en la tarde-noche que precediera al día oficialmente señalado por la cofradía para ocupación parcelaria y para el montaje e instalación de tiendas, casetas, caravanas, etc. El mencionado desajuste, continuaban los tertulianos, no queda en vano y puede causar o levantar ampollas venideras en multitud de romeros que por tal desorganización vieran mermada la igualdad de ocupación parcelaria. Desigualdad que les dejaría arrinconados en los sinfines de los extrarradios, por decisión de otros romeros en talante de furtivos descontrolados. Esos furtivos parcelarios, seguían argumentando quienes así mismos se consideraban afectados y arrinconados por la acción de la hurtadilla en la tarde-noche anterior al día señalado por los organizadores, entraban a desbandada en los terrenos del llano, acompañados de cuerdas, piquetas y estacas de marcación limítrofe. Y lo hacían sin ningún tipo de orden ni control de guardería proveniente de la propia cofradía. Control que en tiempo y forma lo hubiera reglamentado e implantado para presunto beneficio del conjunto de la comunidad, evitando así enfrentamientos anticristianos o de poca hermandad.
Los enfrentamientos de in-hermandad, sin embargo, casualidades del destino o de la rencilla personal, a saber, ya podían verse en el entramado local unos días antes del evento religioso e incluso leerse en prensa que los ánimos político-locales al comienzo de la romería andaban algo caldeados. Quizás por ello, el Ilustrísimo Señor Alcalde del Excelentísimo Ayuntamiento de Navas de San Juan, Jaén: S. D. Miguel Sánchez Parrilla, destituía a la fuerza y de un brutal plumazo a su hombre más cercano y presuntamente más leal: su lugarteniente, a quien le retiraba todo tipo de confianzas y apoyos, así como las delegaciones consistoriales que le tenía atribuidas... El motivo lo recoge y lo eleva a nota de prensa para el informativo Europa Press el dirigente político del PSOE en la oposición y concejal-delegado de cultura: S. D. Joaquín Requena Requena, quien en manifiesto impreso en diario argumenta que la trifulca se venía venir por las grandes controversias políticas y, aún mayores desacuerdos personales que reinaba entre caracteres y talantes de ambos líderes locales de IU, gobernantes del municipio de esta última legislatura.
Sin embargo, y a pesar de lo anteriormente expuesto, los problemas locales no se quedarían encerrados entre los muros del consistorio, ni en la faz ni en el diálogo ni en la exposición verbal o escrita de los líderes políticos, sino que inconscientemente trascendería a multitud de romeros, a quienes por causas ajenas al consistorio, aunque muy próximas al gobierno religioso, se les apreciaba distintos modos eventuales: entre rancios y enaltecidos. Modos que según avanzaban las distintas jornadas se verían agravados con la ingesta del buen licor y de las multitudinarias fritadas y asados que aflorarían en claro manifiesto-lingüístico de malestar romero. Malestar que acrecentaría en improvisadas reuniones vecinales de casetas, tertulias y corrillos individuales, donde podía escucharse en lenguaje poco ortodoxo, aunque muy expositivo, el claro sentir de indignidad organizativa para el evento que en desigualdad de reparto parcelario, ellos disfrutaban. Las mismas fuentes, participantes y parlantes lo atribuían a dejadez de vigilancia de la mano y de las obligaciones de miembros, responsables y redactores de normas de la propia cofradía. Miembros que, presuntamente, según testimonios de romeros afectados, en vez de quedarse de vigías hasta la hora que ellos mismos impusieran en reglamento, desaparecieron la tarde-noche anterior al día señalado para el montaje de casetas, tiendas, carpas y demás artilugios festeros. Ello, en argumento de los afectados, provocaría avalancha desordenada y también privilegio por conducta inadecuada de los más espabilados. Ello acrecentaría en la merma de igualdad, en malestar y en disfrute de los más educados, serviles y respetuosos con las normas y con el propio reglamentos de la cofradía.
Asimismo, expongo que las distintas exposiciones que anteceden corrían de boca en boca por tertulias de recinto y de casetas, e incluso entre ellas y entre vaivenes lingüísticos circulaba la ingrata noticia de que la ingesta de alcohol, la degustación de manjares o el buen vinillo del Montroy… A saber, aunque se sabe que aquello pudo provocar, presuntamente, que un ciudadano embriagado al volante efectuase maniobra peligrosa junto a una tienda del extrarradio del llano, en cuyas cercanías, al parecer jugaban unos niños. Los responsables de los pequeños, también presuntamente, “llamaron al orden a aquella conducta jovial del ciudadano” que posteriormente sería encontrado por transeúntes en estado sangrante: semiinconsciente y con faltas dentarias, así como distintas magulladuras y hematomas, repartidos por diferentes partes del cuerpo. Al herido lo encontraron tumbado bajo las ramas de un chaparro, en las cercanías del restaurante la Alacena, donde según las mismas fuentes sería asistido y trasladado en ambulancia a un centro sanitario.
Sin embargo, a pesar de la breve y cruda exposición que aquí se plasma, lo más grave y trágico de la Romería de la Virgen de la Estrella 2008 de Navas de San Juan, Jaén, sin lugar a dudas y sin presunción alguna, se produjo cuando dos obreros de la juguetería ambulante e inmigrantes de nacionalidad pakistaní caían bajo el síndrome de la muerte dulce, por inhalación de gases tóxicos. Envenenamiento que provino de un generador de corriente eléctrica: un pequeño generador que alimentaban a gasolina y que presuntamente cobijaban al alcance de la vista, en las cercanías y bajo techo de la tienda que regentaban, “donde posiblemente lo mantenían vigilado, lejos de manos codiciosas o de apropiaciones indebidas”… En consecuencia, uno de los jóvenes murió fulminado por intoxicación procedente de la combustión del motor y ya no obedecería a la reanimación sanitaria. El otro joven pakistaní, compañero del primero y ambos de la jovial edad veinte añera, entró en coma profundo y así fue ingresado en un centro sanitario.
A falta de noticias sobre su estado de salud actual deseo exponer que el día cuatro de mayo se mantenía en la UCI, sin cambios, y en el Hospital de San Agustín de Linares, Jaén.
Agustín Conchilla
Transcurridas ya las más de cuarenta y ocho horas que serían preceptivas para analizar la situación y contarla desde la neutralidad que nos habría de servir para recuperar organismos ajetreados, así como para valorar los distintos infortunios acaecidos en la reciente romería. Infortunios que desgraciadamente azotaron al entorno social de Navas de San Juan en su tradicional Romería de la Virgen de la Estrella del 1 al 3 de mayo de 2008, por cuyo motivo expongo algunos de los múltiples hechos que se vivieran entre veneración, algarabías y turbulencias festivas”. Y aunque el buen tiempo fuera la nota predominante y forzara al tumulto y al colapso en recintos propios y ajenos de los extrarradios, el peregrinaje no transcurriría con la normalidad que caracteriza a la tradicional fiesta de la Romería de la Estrella. Este año ha sido más nefasto en la veneración y se ha saldado con pérdidas de vidas humanas, así como con agresiones físicas injustificadas... En distintos corrillos, además, se dejaba notar malestar en semblante de distintos participantes/as que argumentaban e incluso tachaban de dejadez, irresponsabilidad y carencia de dotes organizativas a los propios responsables de organización de la hermandad y de la cofradía.
En similares manifestaciones podía escucharse, en ocasiones fuera de tono, que la causa del mal que a ellos adolecía se debía a una injustificada bajada de celo guardián en la tarde-noche que precediera al día oficialmente señalado por la cofradía para ocupación parcelaria y para el montaje e instalación de tiendas, casetas, caravanas, etc. El mencionado desajuste, continuaban los tertulianos, no queda en vano y puede causar o levantar ampollas venideras en multitud de romeros que por tal desorganización vieran mermada la igualdad de ocupación parcelaria. Desigualdad que les dejaría arrinconados en los sinfines de los extrarradios, por decisión de otros romeros en talante de furtivos descontrolados. Esos furtivos parcelarios, seguían argumentando quienes así mismos se consideraban afectados y arrinconados por la acción de la hurtadilla en la tarde-noche anterior al día señalado por los organizadores, entraban a desbandada en los terrenos del llano, acompañados de cuerdas, piquetas y estacas de marcación limítrofe. Y lo hacían sin ningún tipo de orden ni control de guardería proveniente de la propia cofradía. Control que en tiempo y forma lo hubiera reglamentado e implantado para presunto beneficio del conjunto de la comunidad, evitando así enfrentamientos anticristianos o de poca hermandad.
Los enfrentamientos de in-hermandad, sin embargo, casualidades del destino o de la rencilla personal, a saber, ya podían verse en el entramado local unos días antes del evento religioso e incluso leerse en prensa que los ánimos político-locales al comienzo de la romería andaban algo caldeados. Quizás por ello, el Ilustrísimo Señor Alcalde del Excelentísimo Ayuntamiento de Navas de San Juan, Jaén: S. D. Miguel Sánchez Parrilla, destituía a la fuerza y de un brutal plumazo a su hombre más cercano y presuntamente más leal: su lugarteniente, a quien le retiraba todo tipo de confianzas y apoyos, así como las delegaciones consistoriales que le tenía atribuidas... El motivo lo recoge y lo eleva a nota de prensa para el informativo Europa Press el dirigente político del PSOE en la oposición y concejal-delegado de cultura: S. D. Joaquín Requena Requena, quien en manifiesto impreso en diario argumenta que la trifulca se venía venir por las grandes controversias políticas y, aún mayores desacuerdos personales que reinaba entre caracteres y talantes de ambos líderes locales de IU, gobernantes del municipio de esta última legislatura.
Sin embargo, y a pesar de lo anteriormente expuesto, los problemas locales no se quedarían encerrados entre los muros del consistorio, ni en la faz ni en el diálogo ni en la exposición verbal o escrita de los líderes políticos, sino que inconscientemente trascendería a multitud de romeros, a quienes por causas ajenas al consistorio, aunque muy próximas al gobierno religioso, se les apreciaba distintos modos eventuales: entre rancios y enaltecidos. Modos que según avanzaban las distintas jornadas se verían agravados con la ingesta del buen licor y de las multitudinarias fritadas y asados que aflorarían en claro manifiesto-lingüístico de malestar romero. Malestar que acrecentaría en improvisadas reuniones vecinales de casetas, tertulias y corrillos individuales, donde podía escucharse en lenguaje poco ortodoxo, aunque muy expositivo, el claro sentir de indignidad organizativa para el evento que en desigualdad de reparto parcelario, ellos disfrutaban. Las mismas fuentes, participantes y parlantes lo atribuían a dejadez de vigilancia de la mano y de las obligaciones de miembros, responsables y redactores de normas de la propia cofradía. Miembros que, presuntamente, según testimonios de romeros afectados, en vez de quedarse de vigías hasta la hora que ellos mismos impusieran en reglamento, desaparecieron la tarde-noche anterior al día señalado para el montaje de casetas, tiendas, carpas y demás artilugios festeros. Ello, en argumento de los afectados, provocaría avalancha desordenada y también privilegio por conducta inadecuada de los más espabilados. Ello acrecentaría en la merma de igualdad, en malestar y en disfrute de los más educados, serviles y respetuosos con las normas y con el propio reglamentos de la cofradía.
Asimismo, expongo que las distintas exposiciones que anteceden corrían de boca en boca por tertulias de recinto y de casetas, e incluso entre ellas y entre vaivenes lingüísticos circulaba la ingrata noticia de que la ingesta de alcohol, la degustación de manjares o el buen vinillo del Montroy… A saber, aunque se sabe que aquello pudo provocar, presuntamente, que un ciudadano embriagado al volante efectuase maniobra peligrosa junto a una tienda del extrarradio del llano, en cuyas cercanías, al parecer jugaban unos niños. Los responsables de los pequeños, también presuntamente, “llamaron al orden a aquella conducta jovial del ciudadano” que posteriormente sería encontrado por transeúntes en estado sangrante: semiinconsciente y con faltas dentarias, así como distintas magulladuras y hematomas, repartidos por diferentes partes del cuerpo. Al herido lo encontraron tumbado bajo las ramas de un chaparro, en las cercanías del restaurante la Alacena, donde según las mismas fuentes sería asistido y trasladado en ambulancia a un centro sanitario.
Sin embargo, a pesar de la breve y cruda exposición que aquí se plasma, lo más grave y trágico de la Romería de la Virgen de la Estrella 2008 de Navas de San Juan, Jaén, sin lugar a dudas y sin presunción alguna, se produjo cuando dos obreros de la juguetería ambulante e inmigrantes de nacionalidad pakistaní caían bajo el síndrome de la muerte dulce, por inhalación de gases tóxicos. Envenenamiento que provino de un generador de corriente eléctrica: un pequeño generador que alimentaban a gasolina y que presuntamente cobijaban al alcance de la vista, en las cercanías y bajo techo de la tienda que regentaban, “donde posiblemente lo mantenían vigilado, lejos de manos codiciosas o de apropiaciones indebidas”… En consecuencia, uno de los jóvenes murió fulminado por intoxicación procedente de la combustión del motor y ya no obedecería a la reanimación sanitaria. El otro joven pakistaní, compañero del primero y ambos de la jovial edad veinte añera, entró en coma profundo y así fue ingresado en un centro sanitario.
A falta de noticias sobre su estado de salud actual deseo exponer que el día cuatro de mayo se mantenía en la UCI, sin cambios, y en el Hospital de San Agustín de Linares, Jaén.
Agustín Conchilla
