Desplazamiento del alcalde a las Islas Británicas, ahora al Mercado Filatélico de Londres, donde se dedica a comprar sellos de uno, dos y tres peniques.
Le pregunta el vendedor.-¿Se los envuelvo, señor alcalde?
A lo que el aludido responde sin vacilar.-Sí, pero quíteles el precio, que es para un regalo.
Le pregunta el vendedor.-¿Se los envuelvo, señor alcalde?
A lo que el aludido responde sin vacilar.-Sí, pero quíteles el precio, que es para un regalo.