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JAMILENA: El concurso de patios cordobeses tiene entre sus objetivos...

El concurso de patios cordobeses tiene entre sus objetivos principales el de ser un revulsivo para todas aquellas personas que a lo largo de todo el año se afanan por embellecer estos rincones de la Córdoba eterna.

No se trata de un concurso nuevo, sino, todo lo contrario, es una tradición muy arraigada en nuestra ciudad, pues se inició en el año 1918, que empezó organizándolo el Ayuntamiento.

Como ocurrió con tantos otros concursos y certámenes, el de patios también quedó interrumpido durante la Guerra Civil y se retomó a primeros de los años cincuenta, época en la que no solamente se logró la recuperación del concurso, sino también algunas casas que estaban totalmente en ruinas y que fueron rehabilitadas.

En este orden de cosas cabe poner de manifiesto que, por cierto, algunas de aquellas casas son actualmente lugares importantes de nuestra ciudad, como es el caso del actual Museo Taurino.



Haciendo un poco de historia hay que decir que este festival de los patios fue reconocido en 1960 por el entonces Ministerio de Información y Turismo como fiesta de interés internacional.

Para el presidente de la Asociación de Amigos de los Patios, Manuel Garrido "este concurso nos representa a nosotros como las fallas lo hacen en Valencia, los Sanfermines en Pamplona y la Feria de Abril en Sevilla, pero con una salvedad, mientras que las otras sólo duran unos días, ésta se prolonga durante todo el mes de mayo y además el resto del año están abiertos porque son lugar de vida de familias de Córdoba. Además, para que en el mes de mayo estén en condiciones de ser visitados, hay personas que están todo el año pendientes de su cuidado".




Cartel anunciador del primer Concurso de Patios convocado por el Ayuntamiento en el año 1933

Destaca Garrido la evolución producida en la ornamentación de los patios, en consonancia con la mejora en el nivel de la vida. Y prueba de ello es también la mejora en cuanto a los recipientes de las plantas, que son fundamentalmente las macetas, mientras que antes los dueños tenían menos recursos para ello y por eso usaban latas o cántaros rotos.
De todas formas, la maceta sigue siendo uno de los elementos fundamentales de nuestros patios, y junto a ellas, claro está, el pozo, auténtica alma de estos rincones y proveedor de esa agua que resulta vital para las plantas que conforman su universo vegetal.