A Doña Justicia la conoce todo el pueblo; yo por suerte no llegue a probarla, posiblemente porque ya en su ultima época no la sacaba tanto a pasear, jaja, ( bueno y tampoco hacía méritos para probarla, la verdad); eran otros tiempos en los que ya no se podia abusar demasiado, aunque todavía existía un respeto por el maestro, bastaba con que te llamara la atención. ¿Quién no ha oido aquello de "si usted le tiene que pegar a mi hijo, le pega"? Madre mía, ¡cómo ha cambiado tanto la cosa en tan poco tiempo!
¡Viva los maestros que nos daban las vacaciones!
¡Viva los maestros que nos daban las vacaciones!