En plena campaña electoral, vuelve a aflorar, como siempre, lo peor de nuestro pueblo, y, lo que debería ser una oportunidad para cambiar el torcido rumbo que llevamos desde hace mucho tiempo, se queda en una simple excusa para sacar viejas rencillas. Al menos, caras nuevas veremos; ya iba siendo hora. Pero, mucho me temo, que las elecciones son más un asunto de ideas que otra cosa y, al parecer, de estas andamos un poco escasos por aquí.
Espero que quien salga elegido, del color político que sea, empiece a pensar en génave, por una vez, y no en su propio bolsillo. Aunque, vistos los actos de presentación de candidatos, con visita del 'consiglieri' Gaspar Zarrias incluida, pocas esperanzas tenemos. Está claro que seguiremos haciendo lo que nos digan desde Sevilla. Ellos tendrán sus votos y, nosotros, cada vez menos esperanza.
Espero que quien salga elegido, del color político que sea, empiece a pensar en génave, por una vez, y no en su propio bolsillo. Aunque, vistos los actos de presentación de candidatos, con visita del 'consiglieri' Gaspar Zarrias incluida, pocas esperanzas tenemos. Está claro que seguiremos haciendo lo que nos digan desde Sevilla. Ellos tendrán sus votos y, nosotros, cada vez menos esperanza.