Bonitos y sabrosos "guíscanos" cogidos por un genavero. ¿Quién no se atrevería a machacar un poco de ajo y perejil, añadírselo y rociarlos con aceite
virgen extra y dejarlos que se acaloren un poco sobre unas crujientes ascuas de leña de
olivo. ¡Para chuparse los dedos!