Ya era hora que te lo dieran por que ahora ya espero que no me derrames. Acuerdate cuando ibamos camino de la oya de las cabras sin frenos que saltamos un civanto de 3 metros y volamos a mitad del quiñon, o cuando por la quebra nos salimos del carril y nos dimos un leñazo, . . . Claro todo esto despues de haber cogido la moto de tu hermano sin permiso. Que tiempos aquellos.
Me alegro un montón.
Me alegro un montón.